Corte, dividida por quinta vacante: pocas firmas y nuevas pujas
05/11/2014. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
El mensaje de Elena Highton de Nolasco a favor de que el Gobierno cubra la quinta vacante se contrapone con el pragmatismo de Ricardo Lorenzetti.
Las diferencias en torno a la composición que debería tener la Corte Suprema de Justicia apenas concrete su salida Eugenio Zaffaroni, evidenciadas durante el fin de semana, enrarecieron ayer la previa del acuerdo de ministros y los desarrollos posteriores. El mensaje de Elena Highton de Nolasco a favor de que el Gobierno cubra la quinta vacante se contrapone con el pragmatismo de Ricardo Lorenzetti, quien ha asegurado que el tribunal está en condiciones de funcionar con cuatro jueces y que incluso podría hacerlo de modo más eficiente.
Perspectivas distintas que desde el comienzo de la semana se reflejan en la arena política tanto en el oficialismo como en la oposición. La negativa de Ernesto Sanz (UCR) de ni siquiera avalar una nominación de Ricardo Gil Lavedra, la sintonía de ese mensaje con Mauricio Macri (PRO) y la señal de Ricardo Casal a favor de una Corte de siete miembros son gestos que los justices entienden como parte de una estrategia enfocada en el largo plazo y en las estrategias de los distintos actores.
Hacia adentro de la Corte la rispidez había comenzado la semana pasada, cuando Highton de Nolasco desistió de acompañar un fallo negativo para la AFIP a favor de un grupo de medios escritos que firmaron Lorenzetti, Juan Carlos Maqueda y Carlos Fayt. La ministra señaló que al estar en discusión una cautelar prefería no pronunciarse. La poca tendencia a votar contra las cuentas públicas y una gestión indiscreta terminaron de decidir la firma de la disidencia de un fallo que se calculaba resuelto por unanimidad.
Ayer no se firmaron cuestiones de relevancia y las rúbricas quedaron reducidas a temas administrativos. Es una postal que la mayoría del tribunal no desea en los últimos meses del año, cuando la rutina se orienta hacia determinaciones de peso.
Las declaraciones dominicales de Highton de Nolasco no coinciden con la estrategia acordada tras la muerte de Petracchi, cuando los ministros se fijaron como meta transmitir una señal de continuidad. Posición que se originó en un almuerzo reservado entre Lorenzetti y Maqueda. Tampoco va en ese sentido la diferencia que señala la jueza entre los discursos del presidente de la Corte y la letra de los fallos. Todas los mensajes públicos de Lorenzetti se acuerdan en las conversaciones de los martes justamente con el objetivo de no dar lugar a disonancias en un momento de alta densidad en la relación con el Gobierno.
Los mensajes a favor de una ampliación del máximo tribunal, el envío al Congreso de un proyecto de reforma procesal penal y los siempre candentes avatares presupuestarios agregan tensión al vínculo con Balcarce 50, donde cada movimiento cortesano se interpreta en clave política: ayer fue el caso de la foto de Fayt con un grupo de legisladores del PRO que llegaron hasta el cuarto piso para homenajear al ministro decano y, a puertas cerradas, escuchar algunas reflexiones (ver nota aparte).
La reforma procesal garantiza nuevos cruces, de diferente volumen, porque tanto en la Corte como en el Gobierno está perdiendo handicap la tesis inicial de que la aplicación del sistema acusatorio sería gradual y que comenzaría desde las jurisdicciones del interior, tal como se hizo en Chile. Una puesta en marcha veloz, entienden en sectores del Gobierno, dará lugar para negociaciones de interés en un año electoral.
En paralelo, en la Procuración General está en proceso de redacción un proyecto de ley para reformar las leyes orgánicas del Ministerio Público y que debería ir de la mano con la reforma que el Congreso se dispone a aprobar. Ese proyecto está bajo siete llaves y es de interés para la Corte, especialmente luego del último encuentro entre Lorenzetti y el viceministro Julián Álvarez, en donde la idea central fue que para el máximo tribunal el problema no es el sistema acusatorio sino en quiénes recaerán las nuevas atribuciones. Hace tiempo que Lorenzetti no conversa con Alejandra Gils Carbó, quien sí ha tenido algunos contactos con Highton de Nolasco y con Zaffaroni.
Las intrigas entre los sectores que el justice y la procuradora auspician se expanden a todos los terrenos. Por estas horas es el caso del gremio de jueces, que a fines de este mes tiene que elegir presidente. La lista Celeste, de buena sintonía con el oficialismo, motorizaba ayer por la tarde amparos contra la junta directiva del gremio luego de que en la última reunión organizada en Posadas no se aceptara tratar la afiliación de 180 nuevos votantes propuestos por dicho espacio. Desde el sector Bordó, que promueve al camarista Ricardo Recondo y que dirige Luis Cabral (cercano a Lorenzetti), replicaban que no se ha violado ningún reglamento y que los reclamos no tienen sustento.
Fuente: Ámbito