Critican la poca cooperación para víctimas de abusos eclesiales
11/07/2019. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Pablo Huck, sobreviviente de abusos eclesiales, cuya causa logró la condena de su victimario, 20 años después de ocurrido los aberrantes sucesos, definió que “con las últimas resoluciones de la Justicia y de la propia Iglesia, se advierte una actitud poco cooperativa sumado el conservadurismo”.
Pablo Huck, un sobreviviente de abusos eclesiales, cuya causa logró la condena de su victimario, 20 años después de ocurrido.
Huck junto a otro denunciante llevaron al sacerdote Marcelino Ricardo Moya a juicio y terminó condenado a 17 años de prisión efectiva por promoción a la corrupción y por abuso sexual simple, ambas agravadas por su condición de miembro del clero.
Fue el tercer miembro del clero entrerriano que fue sometido a un proceso penal por pederastia. Antes, fueron juzgados y condenados Juan Diego Escobar Gaviria y Justo José Ilarraz, sus condenas alcanzaron los 25 años de cárcel.
Eso en cuanto a sacerdotes ya que también una monja del convento de las Carmelitas de Nogoyá llego a juicio y fue condenada por privación ilegítima de la libertad, reducción a la servidumbre y malversación de fondos.
Con ese conocimiento Huck señaló a Nuevo Diario que está en contacto permanente con Juan Carlos García y también los otros denunciantes de Salta, a quienes apoya y entiende están librando una dura lucha, “es doloroso saber que en algunas resoluciones se pretende mostrar que prescribieron las causas, pretendiendo quitar derechos a las víctimas, entiendo que las leyes y las normas están escritas previamente, pero ante cualquier debate, está la actitud y las interpretaciones, por lo que se huele que en Salta hay poca actitud cooperativa, para con las víctimas, además de una actitud de la iglesia algo conservadora ”.
Hizo una comparación con su caso donde la Justicia investigó primero y después opinó, “en mi caso nunca se trató de prescribir la causa por que desde siempre se argumentó en base a las adhesiones de las normas argentinas a los acuerdos con la Convención de los Derechos del Niño. Recién a los 36 pude denunciar lo que me había ocurrido cuando tenía 16”.
Describió que la ley hoy corre los tiempos en favor de las víctimas ya que la prescripción comienza a regir desde el momento que se hace la denuncia o desde que la víctima cumple la mayoría de edad. “Deberíamos mirar hacia los países vecinos, hace pocos días Chile, que tuvo denuncias después que en Argentina declaró la imprescriptibilidad”, dijo Huck.
“Me parece interesante no perder la esperanza, sino tener en cuenta la serie de avalancha de denuncias que se han iniciado como toma de conciencia, de la sociedad y que deben llegar a los tribunales, donde no se debe dar la espalda a las víctimas”, dijo Huck que integra la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiales.
Huck pidió a la Justicia salteña que “se debe poner a tono con la problemática, hay informes y debates que ya están en boca de jueces que hacen referencia a cómo se transforma la psiquis de las víctimas abusadas, y lo que cuesta denunciar, donde la característica es hacerlo cuando uno supera los 30, 35 y hasta los 40 años”.
Fuente de la Información: Nuevo Diario