Histórica condena contra un sacerdote abusador de niños
22/05/2018. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
El cura Ilarraz fue sentenciado en Entre Ríos por ultrajes a menores en una institución eclesiástica de la ciudad de Paraná, donde se desempeñó como celador entre 1985 y 1993.
La Justicia de Entre Ríos condenó ayer al cura Justo José Ilarraz a la pena de 25 años de prisión por el abuso sexual de siete seminaristas menores de edad en una institución eclesiástica de Paraná. La condena fue emitida en forma unánime por los camaristas Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel, quienes encontraron al sacerdote "autor material y responsable de los delitos de corrupción de menores agravada por ser encargado de la educación".
Los siete seminaristas que denunciaron haber sido abusados por el cura dieron su testimonio durante el juicio, indicaron medios locales. Los hechos por los que se emitió la sentencia ocurrieron en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, de la ciudad de Paraná, entre 1985 y 1993. El cura cumplirá la pena en forma domiciliaria en su departamento de un edificio de la calle Corrientes al 300, en la capital entrerriana, hasta tanto quede firme en instancias superiores la ejemplar sentencia.
Ilarraz, a quien se le colocará una tobillera electrónica, deberá hacer frente a la costas del juicio. La pena que le aplicó el tribunal de juicio estuvo de acuerdo con lo solicitado durante el juicio por los fiscales Francisco Ramírez Montrull y Álvaro Piérola, mientras que la defensa había pedido la absolución. "Esto es histórico porque hay muchas otras causas abiertas a lo largo de todo el país y hoy la palabra de la víctima vuelve a ser escuchada", resaltó el fiscal Ramírez Montrull, quien afirmó que la sentencia sirve "para que otras víctimas crean, se acerquen y puedan hablar", expresó. En tanto la sentencia completa será leída el próximo primero de junio. Durante el juicio se escuchó desgarradores testimonios en torno a los abusos a los menores, que parecían obedecer a un patrón común: provenir de familias agrícolas y origen alemán.
Además de los dichos de las propias víctimas, se tuvo en cuenta una carta que el propio cura remitió al Vaticano, en el que admitió haber incurrido en los abusos, además de asegurar que estaba arrepentido. En la misiva enviada el 18 de enero de 1997, Ilarraz confesó ante la Santa Sede haber tenido "relaciones amorosas y abusivas con seminaristas menores".
Afrontará otro proceso
El fiscal Francisco Ramírez Montrull, quien intervino en el juicio contra Justo José Ilarraz, calificó de "histórica" la condena a 25 años de prisión al cura por abuso y corrupción de menores de entre 10 y 14 años. Esto hechos ocurrieron mientras era preceptor en el Seminario de Paraná, entre 1985 y 1993. "Esto es histórico porque hay muchas otras causas abiertas a lo largo de todo el país y hoy la palabra de la víctima vuelve a ser escuchada", resaltó el fiscal Ramírez Montrull, quien afirmó que la sentencia sirve "para que otras víctimas crean, se acerquen y puedan hablar".
En ese sentido, detalló que "hay personas que son víctimas pero no dimensionan lo que les afecta el abuso y siguen sus vidas, hasta que en un momento logran hablar y destapan una olla en la que se dan cuenta cuánto afectó".
La octava víctima es Sergio Romero, quien no es denunciante en este juicio y por el que se inició otro proceso. En diálogo con Télam, Romero señaló que "no tengo Facebook, nunca quise agarrar un celular por miedo, y cada vez que veía autos parecidos a los de Ilarraz me escondía; se me aceleraba el corazón".
Por su parte, Julieta Añazco, referente nacional de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, también calificó de histórica la sentencia, y resaltó que "es la primera vez que una causa prescripta llega a juicio y con una sentencia a favor de la víctima".
Añazco explicó a Télam que "esto va a sentar un precedente para muchas otras causas que vienen por detrás". A su juicio, la sociedad está empezando a despertar, y ahora se entiende que no vamos contra la Iglesia sino que lo que queremos es cuidar a los niños, adolescentes y personas en general".
EL TRIBUNO