"Zaffaroni no es el juez de la Patria; Argibay sí tiene razones más que fundadas para serlo"
24/04/2015. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
El jurista Federico Morgenstern contrapuso las figuras de Eugenio Zaffaroni y la fallecida Carmen Argibay, dejando al descubierto los flancos débiles del perfil del magistrado cercano al kirchnerismo.
Federico Morgenstern, autor de Cosa Juzgada Fraudulenta, un libro que contiene dos ensayos sobre uno de los temas que más le preocupa al kirchnerismo, publicó una columna de opinión para comparar las figuras de dos ex jueces de la Corte Suprema: Eugenio Zaffaroni y Carmen Argibay.
De acuerdo a la visión del especialista, no hay dudas de que la magistrada que falleció en mayo de 2014 "tiene razones más que fundadas para ser reconocida como jueza de la Patria" pese a los esfuerzos del oficialismo para encumbrar como referente máximo del derecho a Zaffaroni.
"Los dos fueron designados por la misma autoridad ejecutiva en años consecutivos. Compartían la especialización en derecho penal, en principio, tenían coincidencias ideológicas, los dos eran solteros, etc. Pero a diferencia de Zaffaroni, Argibay no fue una penalista que abjuró del derecho penal; tenía bajísimo perfil y credenciales de peso en derechos humanos, mientras Zaffaroni juró por los estatutos de ¡tres! dictaduras militares y rechazó hábeas corpus en 1976", analizó.
El escritor recordó que "Argibay estuvo detenida durante la última dictadura e integró el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia". Además, la señaló como "una jueza verdaderamente independiente" en contraposición a la figura de Zaffaroni. "No hay que ser muy perspicaz para captar el nivel de sumisión y servilismo que evidencia la carta de renuncia de Zaffaroni enviada a la Presidenta, en la que termina diciéndole: 'Quedo de usted como su seguro y atento servidor'", ejemplificó.
"Una gran diferencia entre ambas figuras es que Argibay se preocupó por hacer lo mejor posible su tarea como jueza y con eso contribuir a la legitimidad del Alto Tribunal, mientras que Zaffaroni buscó darles cobertura jurídica a los deseos del poder que lo designó", avanzó.
"Argibay fue una librepensadora consecuente, no como Zaffaroni y otros que durante años hablaron de Michel Foucault y del nefasto poder de vigilancia estatal, pero después trabajaron para el poder y pujaron para colocar a sus discípulos en la Secretaría de Inteligencia", concluyó el analista.
Fuente: la Nación