¿ Para qué sirven las instituciones ?
23/11/2011. Análisis y Reflexiones > Otros Análisis
A menudo nos preguntamos para qué sirven las instituciones, si realmente valen la pena defenderles a rajatabla, si son útiles, o si acaso, son simplemente un ropaje formal carentes de contenido.
A menudo nos preguntamos para qué sirven las instituciones, si realmente valen la pena defenderles a rajatabla, si son útiles, o si acaso, son simplemente un ropaje formal carentes de contenido. Una primera aproximación serviría para saber que: las instituciones son los límites y las reglas dentro de un Estado de Derecho, cuya vigencia y fortaleza no sólo nutren el sistema político, sino que son un reaseguro indispensable para la participación ciudadana, para la correcta toma de decisiones, pero fundamentalmente para observar la Constitución, que como decía Alberdi es nada menos que la carta de navegación de la ciudadanía.-
Son una regla en el juego del sistema, porque permiten que exista una suerte de frenos y contrapesos en el ejercicio del poder, y en el desempeño de la autoridad. Son un límite casi tangible, porque la periodicidad y la renovación de los mandatos son las bastiones defensivos contra los extravíos autoritarios, el ejercicio ilimitado del poder y el pensamiento único.-
Nuestro país, no se ha caracterizado a lo largo de su joven historia por ser un fiel observador de las Instituciones republicanas, sino por el contrario en varios períodos aciagos, creyó que era posible vivir al margen de la ley, en la anomia, y en el imperio de las fuerza, de la prepotencia, de la barbarie. Lejos de y alejados de las instituciones, los argentinos en su conjunto aprendimos que la democracia y el Estado de Derecho son valores esenciales e indiscutibles, cuyo mantenimiento y fortalecimiento son un diario desafío. La vida democrática implica ser tolerantes, inclusivos, solidario y respetuosos y adoptar nuevos paradigmas para que en un cambio cultural y estructural haya un desarrollo integral de la sociedad.-
La Constitución, no es una rareza histórica a la que se puede aplicar en forma parcial o antojadiza, sino un todo organizacional que nos debe regir, es el mejor programa de gobierno y la salvaguarda permanente de las garantías individuales.
Queda mucho por desandar en cuanto a la plena vigencia de la Constitución, porque su debida aplicación importa generar igualdad real de oportunidades, acceso a viviendas dignas, igual remuneración por igual tarea, acceso a un sistema digno de salud, derecho a la educación, acceso a la justicia, derecho a un ambiente sano, derecho a no ser discriminado, entre otros derechos esenciales.-
Nos debemos un debate profundo sobre las Instituciones, pero jamás para cuestionarlas, menguarlas o acotarlas, sino para llegar a la convicción de que en su transformación hacia un sistema más justo, reside el desafío más importante que debemos afrontar los argentinos.-
Fuente de la Información: Abel Cornejo