#CasoLilianaLedesma "La fuga"

27/09/2023. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones

Un hecho de singular importancia, tuvo una profunda repercusión en el ámbito judicial, y desde luego en los medios nacionales. Me refiero a la fuga de Lino Abdemar Moreno condenado a perpetuidad por el brutal asesinato de Liliana Ledesma, ocurrido el 21

Casi dos meses después que se consumara la evasión. Moreno cumplía su pena en el penal de Orán y por cierto forma parte de una tenebrosa organización criminal que, en el ámbito de la justicia local aún no pudo ser desarticulada. Me refiero a las siete postergaciones previas que sufrió el inicio del juicio al denominado “Clan Castedo”, que dilató hasta lo inimaginable el inicio del proceso oral, como así también la curiosidad nunca dilucidada, de que ese crimen termine siendo investigado en la justicia provincial, cuando está directamente relacionado con una de las facetas más siniestras del narcotráfico y en este sentido, el artículo 13 de la ley 23,737 resulta claro al efecto. Es decir opera como fuero de atracción.

Da pábulo a pensar que la fuga de Moreno parecía una condición necesaria al inicio del juicio. Claramente, un juicio sin uno de los condenados anteriores por haberlo cometido. O lo que es igual, la sensación de que no quede nadie involucrado que haya sido culpable por ese crimen. Realmente alarmante. Una paradoja. Para colmo de males, la querella que representa a la familia de Liliana Ledesma anunció que parecería evidente que, ante el curso de los acontecimientos que está tomando el juicio, podrían terminar con una nulidad que absuelva a los integrantes del Clan que están siendo juzgados mediante un sistema de video conferencia, dada su peligrosidad y falta de garantías de poder trasladarlos hasta la sede del Tribunal en Orán.

No hubo reacción institucional en los órganos competentes en Salta, con la honrosa excepción del Ministerio de Seguridad, quien sí pidió explicaciones y mandó una nota al Ministerio Público para que se investigue lo sucedido. Cabe aclarar, que ante lo que narraremos a continuaciones, dicho Ministerio ninguna responsabilidad tendría en el asunto, por el contrario parece haber oficiado como un despertador de conciencias ante el abrumador silencio generalizado. No obstante, el propio Ministro fue convocado a la Cámara de Diputados a dar explicaciones sobre el asunto, lo cual resulta, por lo menos, insólito

¿Qué es lo que sucedió? La noticia que fue ampliamente difundida por Clarín, Página 12 e Infobae, entre otros medios de comunicación, especificó de manera transparente, que uno de los jueces del Tribunal de Juicio de Orán le había concedido permiso al condenado Moreno para que tenga salidas transitorias, pese al volumen de su condena, pero específicamente, a que dichas “salidas” están absolutamente prohibidas. El Ministro de Seguridad declaró en los medios en forma diáfana, de quien era entonces la responsabilidad.

Semejante información, debidamente difundida y publicada, constituye notitia criminis suficiente para que los órganos institucionales hubiesen actuado en el acto ¿Y qué deberían haber hecho? No solamente iniciar inmediatamente el proceso de remoción, constitucionalmente previsto, contra el juez que dio un permiso al margen de la ley, sin sustento legal ni jurídico alguno, sino precaverse de que se abra una investigación que conduzca a una pesquisa sobre el motivo de que se actuó de esa manera, que dicho sea de paso resulta de inusitada gravedad institucional y judicial. Todavía, ante un enorme letargo confundido con pereza o apoltronamiento, o como se lo quiera llamar se esperan novedades de las instituciones. Ni se convocó al Jurado de Enjuiciamiento, ni tampoco se sabe que se haya abierto investigación alguna al respecto. Más aún cuando el Ministro de Seguridad afirmó que podrían ser dos los fugados, no sólo Moreno ¿Qué esperamos? ¿Qué no quede nadie y que el crimen de Liliana Ledesma quede impune?

Esta situación, debe ser descripta con absoluta crudeza porque parecería que el narcotráfico únicamente operase en el conurbano de la ciudad de Rosario de Santa Fe y que el tristemente célebre Cartel de los Monos, es una suerte de secuencia televisiva argentina de la serie colombiana El Patrón del Mal. Ahora bien, no puede seguirse ignorando que ante algunas situaciones de una particular relevancia, como la fuga tolerada que se acaba de describir, debe procederse con el máximo rigor de la ley; como así también que estos hechos no son para desprevenidos, ni para quienes no cumplen con el mandato de administrar justicia bien y legalmente, sino que exigen un compromiso pleno ante un flagelo que, además de atravesar la sociedad en su conjunto, nos va llevando puestos día a día ante cualquier atisbo de legalidad, imprescindible para que la libertad exista en una República. No cabe la impavidez, la desidia o el mero desentendimiento, sino involucrarse y dar lucha de cara a una sociedad que ya no está estupefacta, sino embravecida contra la impunidad y las “agachadas” de quienes tienen a su cargo hacer cumplir el imperio de la ley.

Debemos saber en Salta que lo que sucede en Rosario no está tan lejos ni geográfica, ni judicialmente, está mucho más próximo de lo que pensamos. Esperemos entonces que no se convoque más al Ministro a que dé explicaciones que no le corresponden, sino que al día siguiente que se constató quién había sido el otorgante del permiso, se debió haber abierto un proceso de remoción, que categóricamente determine que si un juez infringió la ley de manera aviesa, no puede continuar el ejercicio de su cargo de ninguna manera. Y a la vez que una investigación penal determine fehacientemente las responsabilidades que caben en el asunto.

De lo contrario, no nos extrañemos cuando los sicarios se apoderen o liberen territorios e impongan su lógica del terror por culpa exclusiva de quienes no honran las funciones que le fueron encomendadas. Como bien decía un gran procesalista italiano que fue Giuseppe Maggiore: cuando más desciende el Estado, más asciende la mafia. Las instituciones tienen la respuesta.

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Fuente de la Información: Hola Salta