Compromiso mancomunado para erradicar la violencia
16/10/2012. Análisis y Reflexiones > Otros Análisis
Los nuevos tiempos exigen mayor compromiso de todos y cada uno para contribuir a una sociedad más pacífica.
Hasta hace pocos años el problema de la violencia en la familia no era objeto de dominio público, se mantenía en el silencio privado y aquellos que la vivían padecían sus secuelas sin la posibilidad de recibir ningún tipo de atención; tampoco preocupaba a los servicios de salud, a la asistencia social, al ámbito legal y menos al sector académico. Sin embargo, desde hace dos décadas este problema social empezó a cobrar visibilidad gracias a los movimientos sociales a favor de los derechos de las víctimas.
Es a principios de los noventa que se empezaron a estudiar en nuestro país las diferentes formas de expresión de la violencia familiar en cada uno de sus miembros, de entonces a la fecha se ha logrado reconocerla como un grave problema social, el cual tiene un impacto en la calidad de vida de las personas y las capacidades productivas de la sociedad. A partir de esta visibilización, el tema de la violencia se ha incluido en las agendas de discusión internacional como la ONU (1995) y la OEA, (1994) e incluso la Organización Panamericana de la Salud ha señalado a la violencia familiar como un problema de salud pública que limita el desarrollo social y económico de las sociedades (OPS, 1994).
Lamentablemente, la violencia es una constante en la vida de gran número de personas en todo el mundo, y nos afecta a todos de un modo u otro. Es un problema a escala mundial, no solo presenta el tributo humano que la violencia se cobra, materializado en más de 1,6 millones de vidas perdidas cada año e innumerables más dañadas de maneras no siempre evidentes, sino que expone también los muchos rostros de la violencia interpersonal, colectiva y dirigida contra uno mismo, así como los ámbitos en los que se desarrolla.
Sabemos, que la violencia es un problema complejo, relacionado con esquemas de pensamiento y comportamiento conformados por multitud de fuerzas en el seno de nuestras familias y comunidades, fuerzas que pueden también traspasar las fronteras. Lo que nos preocupa, es que en la sociedad hay grupos vulnerables que por su condición están más expuestos a la violencia, como son la niñez, las y los adolescentes, las mujeres, personas con capacidades diferentes, y de la tercera edad, etc. Esto se asocia a la discriminación en la que toda distinción, exclusión o restricción basada en el género, que tienen como resultado menoscabar o anular el reconocimiento, el goce o el ejercicio de los derechos de las personas y de las libertades fundamentales en las esferas políticas económicas, social, cultural y civil.
En nuestro país y en la provincia, particularmente, los hechos de violencia se han incrementado de manera significativa en los diversos ámbitos de la vida, a pesar de innumerables esfuerzos. Por ello, este tema ha sido de prioritario tratamiento, de allí, la convocatoria que se hiciera desde la Escuela de Magistratura del Poder Judicial de Salta, con la presencia y el compromiso manifiesto de 57 miembros representando a sectores gubernamentales, universidades, organizaciones no gubernamentales y al sector privado, lo que diera lugar a la conformación del “Equipo Interdisciplinario de Violencia Familiar” para el estudio, diagnóstico y evaluación de políticas públicas aplicadas en materia de violencia familiar, el que se denominó “Buscando consensos para erradicar la violencia".
Esa mirada interdisciplinaria de un grave problema social sobre la Violencia Familiar y la dificultad para comprender y reconocerla en las relaciones familiares ha sido analizada a partir de cuestiones fundamentales para revertir estos procesos, tales como la discusión acerca de los determinantes de la agresividad y la violencia, la relación entre la construcción de los géneros y la violencia doméstica, las nociones de comunicación, conflicto y violencia en el ámbito de las relaciones familiares y de pareja y el aporte de las distintas corrientes de pensamiento psicológico a la comprensión del problema y la elaboración de respuestas al mismo. Se trataron mecanismos normativos provinciales, nacionales e internacionales, se identificaron acciones y gestión de organismos estatales, privados o de la sociedad civil que abordan la problemática, como así también un análisis de las estadísticas, de los casos de violencia registrados y por último la realización de un informe, estudio y propuestas con modelos específicos de capacitación a los sectores intervinientes.
Ante semejante realidad, lo fundamental no es el debate teórico, sino un debate encaminado a tomar decisiones para determinar qué hacer. Si bien es cierto que nunca es demasiado tarde para emprender enmiendas, no hay que permitir que las situaciones empeoren a tal extremo que se dificulte innecesariamente su resolución definitiva. El presente exhorta a trabajar con esa visión. Corresponde igualmente reconstruir el tejido o capital social y disponer de medios de control social para reafirmar los lazos de solidaridad, fraternidad y confianza mutua en nuestras comunidades; por ello, apostamos a la creación del “Observatorio Provincial de Violencia Familiar” con el objeto de relevar, registrar, procesar, analizar, publicar y difundir información periódica y sistemática sobre los procesos de atención a las víctimas de esta problemática y su entorno y que junto a la OVIF serán una herramienta de planificación esencial, que brindara una mirada del conjunto de acciones dentro de la política de atención de la Violencia.
Como dijera Nelson Mandela, con la autoridad moral que lo distingue: "A nuestros hijos, los ciudadanos más vulnerables de cualquier sociedad, les debemos una vida sin violencia ni temor. Para garantizarla hemos de ser incansables en nuestros esfuerzos por lograr la paz, la justicia y la prosperidad no sólo para los países, sino también para las comunidades y los miembros de una misma familia. Debemos hacer frente a las raíces de la violencia. Sólo entonces transformaremos el legado del siglo pasado de lastre oneroso en experiencia aleccionadora".