Datos lacerantes que interpelan al Estado
02/01/2020. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
Cuando llega el tiempo de reflexión sobre el final de cada año, hay un dato lacerante que debe preocupar, alarmar y avergonzar a los salteños. Según el Observatorio de Violencia contra las Mujeres durante 2019 en el país hubo 30 mujeres asesinadas en
En Salta, para unas fuentes los femicidios aumentaron el 55% y para otras el 68%. Ambos guarismos, son demoledores. Con esas cifras, cualquier palabra o comentario huelgan, es necesario que todos los Poderes del Estado, tomen definitivamente riendas en el asunto y formulen una política pública abarcativa en el tiempo, que definitivamente destierre ese flagelo social que nos coloca a nivel nacional en un triste y penoso lugar respecto de la violencia de género.
Desde el horrendo femicidio de Rosana Alderete, ocurrido el 28 de agosto de 2004 hasta la fecha, si bien es cierto que se realizaron varias cosas, ninguna alcanzó para frenar esa lacra que enluta a la sociedad y que, desafortunadamente, todavía no generó una conciencia generalizada ni de prevención ni de castigo adecuado para quienes desatan una ira aborrecible sobre mujeres que terminan masacradas.
En muchísimos casos, previamente hubo desesperados pedidos de auxilio que fueron desatendidos o ignorados; o lo que es peor hasta naturalizados como si un crimen de una inigualable perversidad pudiese serlo. Muchos sectores públicos y privados son aún refractarios en aceptar que la violencia de género debe ser erradicada en forma urgente, pero para que ello ocurra no bastan programas de prevención, sino la íntima convicción de una sociedad en su conjunto que deplore definitivamente este tipo de violencia de manera civilizada, de modo que se eduque desde los primeros años de escolaridad sobre la importancia que este tema requiere. Resulta impactante visitar escuelas y colegios, y que niñas y niños relaten escenas pavorosas que observan y sufren a menudo, sin ayuda ni contención de ninguna especie. Hay una alarma social que nos exige atenderla inmediatamente.
Desde el Ministerio Público Fiscal se aprobó recientemente el uso del Protocolo para la investigación y litigio en casos de muertes violentas de mujeres (femicidios) elaborado por la Unidad Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), en esa línea se recomendó a magistradas y magistrados su implementación a la vez que se puso a disposición del Poder Judicial los lineamientos y perspectiva de género incluidos en dicho Protocolo. También se inauguró una Fiscalía de Violencia de Género dentro del edificio que ocupa el Polo de la Mujer, en la plena convicción de que dicho centro aborda de manera integral y eficiente esta difícil problemática. Sería sumamente auspicioso que ese Polo integrara una mancomunidad con el Ministerio Público Fiscal de manera de que juntos podamos articular todas las acciones necesarias para luchar denodadamente contra la violencia de género. Asimismo, desde la Procuración General de la Provincia se impulsa la pronta creación de la Oficina contra la Violencia Institucional, para desandar definitivamente el camino de la decencia en el trato solidario que debe primar en la convivencia humana. Esa Oficina será la primera en su género en todo el país, a la par que Salta, junto a Buenos Aires, Chubut y Corrientes, es recién la cuarta provincia argentina que adhiere al Protocolo para la investigación de femicidios.
El pensador Avishai Margalit nos expone en su filosofía moral que: una sociedad decente, o una sociedad civilizada, es aquella cuyas instituciones no humillan a las personas sujetas a su autoridad y cuyos ciudadanos no se humillan unos a otros. Su filosofía centra su objetivo en el ideal de que la sociedad justa se basa en el equilibrio entre la libertad y la igualdad. Margalit parte del contexto en el que vivimos, con todas las indignantes humillaciones que tan difícil hacen la vida en el planeta. Se trata de una filosofía social inmune a las actitudes que fomentan la desidia moral y que nos insta a ir más allá del comportamiento que caracteriza otros seres humanos.
Asimismo, debe señalarse que no resultan fáciles de investigar los femicidios en nuestra provincia. Desde el descrédito y desprestigio de la víctima a diferentes operaciones obstructivas realizadas en forma desembozada, las investigaciones y los fiscales sufren constantes embates. También desde la Procuración General se impulsarán talleres de intercambio entre fiscales y periodistas para poder comunicar de manera certera lo que va ocurriendo en las diferentes causas. Informar en una sociedad democrática es contribuir a su civilización.
A la par de ello, y como forma de visibilizar los horrendos crímenes sufridos por víctimas de la violencia de género se propondrá que diferentes sitios públicos lleven sus nombres como recuerdo permanente al dolor que debieron sufrir sus familiares y al propio holocausto personal de ellas mismas. Así podrán leerse los nombres de Rosana Alderete, Cintia Fernández, Jimena Salas, Carolina Saracho, Andrea Neri, Cassandre Bouvier, Houria Moumni y Sandra Palomo, entre tantas otras, para que nunca más la vesania, forma demencial de la perversidad, se ensañe sobre mujeres cuyo derecho a la vida, respeto a su integridad y defensa de su dignidad, debemos tutelar sin escatimar ningún esfuerzo. Es un gran desafío que no requiere de ningún discurso, sino que la sociedad toda procure llevarlo adelante. Entonces seremos mejores personas y podremos llamarnos ciudadanos.
Gentileza Diario El Tribuno
Fuente de la Información: El Tribuno