El año que viene
04/01/2018. Análisis y Reflexiones > Otros Análisis
Abel Cornejo reflexiona sobre los desafíos que enfrenta nuestro país en este nuevo año.
El año de 2018, como todo nuevo ciclo que comienza apareja esperanzas e incertidumbres, a todos los niveles. También es la recta final hacia 2019 donde se renovarán las principales magistraturas del Estado y de la Provincia. Muchos debates esenciales están postergados y tal vez sea necesario que en forma urgente vuelvan a la agenda para mejorar la calidad institucional y coadyuvar al afianzamiento del sistema electoral. En ese contexto, el voto electrónico vuelve a ser un protagonista inexorable. Parecería que gran escollo que debe sortear es la decisión política de que se aplique, sin retaceos, en la provincia de Buenos Aires, principal distrito electoral argentino.
El desafío es mayúsculo, si además a la implementación se le suma que el Juzgado Federal con competencia electoral todavía está vacante. Hasta ahora, la principal adversaria de la aplicación del voto electrónico fue la Cámara Nacional Electoral, so pretexto de falta de confiabilidad. Lo cierto es que dicho Tribunal pretende tener el control absoluto de las elecciones, lo cual no solamente es una utopía sino inconveniente, porque se le otorgaría un poder inusitado a un organismo judicial, cuyos miembros tienen carácter permanente. Parecería que no hacen faltas más explicaciones al respecto. Aún en los países donde el fuero electoral funciona como máxima autoridad electoral, su composición tiene cierta representación del sector político. Las objeciones al voto electrónico no han tenido ningún asidero. Un solo dato tumba cualquier crítica. En los lugares donde se lo aplicó, no hubo ningún cuestionamiento de los competidores ni antes, ni durante ni con posterioridad a los comicios. Ergo el sistema funciona. Mucho más en Salta, donde por ley existe un mecanismo de auditoria que despeja cualquier sospecha que pueda abrigarse al respecto.
El otro gran desafío es la inmediata reconstitución institucional de los partidos políticos. Sin partidos políticos fuertes el sistema democrático renguea rápidamente y lejos de discutirse ideas y de afianzar la cultura política, los personalismos y el dinero que se utiliza para fortalecer las apetencias personales, conspiran en contra del verdadero desarrollo de la política tanto en su faz agonal como estructural. Dicho en otras palabras, los partidos políticos son la vía legal que el sistema establece para que todos puedan competir en pie de igualdad y aspiren a ocupar cargos electivos con el amparo de la legalidad, la cobertura de la legitimidad y la transparencia del control republicano. Por otra parte así lo establece el artículo 38 de la Constitución Nacional, como instituciones fundamentales del sistema democrático. Pero además de todo esto, la Argentina y la Provincia esperan, ansiosamente, un proyecto nacional que nos permitan despegar en base al desarrollo igualitario como potencia de la región. Nuestro querido país, tiene todas las condiciones para que así sea. Está en nosotros lograrlo.