La frontera norte y el narcotráfico
16/03/2016. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
Para Abel Cornejo la lucha contra el narcotráfico necesita de políticas que pongan en marcha el accionar de las fuerzas de seguridad.
Mientras las opiniones y los diagnósticos se acumulan, y las palabras abundan pero los hechos no. Resulta inconcebible que a quienes tienen experiencia probada y efectiva en la lucha contra el narcotráfico no se los consulte, sin embargo se puede enumerar una lista con premisas concretas y aplicables a la cuestión. Algunas de aplicación inmediata, otras no tanto, pero que en cualquier caso deben conformar una política de Estado, sellada por un férreo compromiso de cumplirla, a saber:
- La frontera norte de la argentina ocupa un espacio físico de más de setecientos kilómetros cuadrados, con climas, particularidades y problemáticas diferentes. Limita con Chile, Bolivia y Paraguay. No existe un control radarizado integral y en ella se encuentran apostadas, esporádicamente, tres fuerzas nacionales -Gendarmería Nacional, Policía Federal y Policía de Seguridad Aeronáutica- más la Aduana, que tiene también facultades policiales.
- Existen dos Juzgados Federales en la ciudad de Salta, otros dos en San Salvador de Jujuy y otro en San Ramón de la Nueva Orán. Todos ellos con dotaciones exiguas y competencia múltiple. Es decir nunca se dividió la competencia federal por especialidad. Las decisiones de estos tribunales se apelan ante la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, que cuenta con dos Salas de tres jueces cada una y solamente existen dos Tribunales Orales Federales. Uno en la ciudad de Salta y otro en Jujuy, que son quienes juzgan las acciones de narcotráfico. Nunca se dotó logísticamente a ninguno de esos tribunales, que tienen problemas estructurales, desde edilicios hasta de recursos humanos; más serios problemas de seguridad y custodia, que tampoco fueron jamás contemplados.
- La distribución de las fuerzas nacionales también merece reparos. Gendarmería Nacional, por ejemplo, que debería tener una jefatura de Región en Salta o Jujuy, la tiene en Tucumán. Es decir, que los jefes de Agrupaciones de Salta y Jujuy dependen de una jefatura que está apostada a más de trescientos kilómetros de ambas ciudades, lo que dificulta notablemente la operatividad. Otro tanto ocurre con la Policía Federal, cuya jefatura de Aérea, también está en suelo tucumano. Mientras tanto la Policía de Seguridad Aeronáutica, no puede actuar mucho más allá de los límites de los aeródromos. A su vez la Aduana no actúa de consuno con ninguna de estas fuerzas, no obstante que cumple también roles policiales. Tampoco nunca se diseñó un plan de acción coordinada entre todas las fuerzas.
- A ello se suma que, ante la inacción y falta de políticas públicas nacionales, Salta se adhirió a la ley desfederalización, con lo cual la lucha contra el microtráfico suma a la policía de la provincia en el asunto.
Hasta allí la descripción, ahora las propuestas:
- Resulta indispensable una reforma urgente e integral tanto de la Justicia Federal como del Ministerio Público de la Nación. Hechos de corrupción gravísimos que son de público y notorio conocimiento, más negligencia y pleno conocimiento local de todos esos hechos, desde hace muchos años, así lo ameritan.
- No pueden actuar las fuerzas descoordinadas. Es necesario que cada una de ellas aporte sus mejores cuadros, se los dote de todo lo necesario para que puedan actuar lícita y legalmente, se les paguen salarios acordes con su responsabilidad, se los equipe debidamente y formen un cuadro compacto de actuación en forma exclusiva.
- Es necesario que la Procuración General de la Nación designe una auditoría permanente para que vigile y supervise la actuación de los Fiscales Federales de la jurisdicción, cuyo desempeño, cuanto menos, resulta insatisfactorio.
- Deben terminarse con los controles de ruta fijos que nada obtienen más que incomodar a los transeúntes, y establecer controles móviles y relámpagos. Y que trabajen en base a información previamente elaborada, y no sobre supuestos o utilizando la simple discrecionalidad.
- Debe existir un plan estratégico de contingencias, elaborado por las fuerzas en conjunto, con supervisión de la Procuración General de la Nación y conforme ese plan realizar los desplazamientos en las diferentes zonas de frontera.
- Luego de todo ello, debe evaluarse la posibilidad de establecer un plan de radarización de anillado concéntrico, y en su caso, proponer al Congreso de la Nación una ley de interceptación de vuelos clandestinos o no autorizados y a su vez dotar de tecnología de punta a los aeropuertos de Salta, Jujuy y Mosconi.