Las Armadas Fuerzas
25/07/2018. Análisis y Reflexiones > Otros Análisis
Abel Cornejo realiza un análisis sobre la decisión de involucrar a las Fuerzas Armadas enviándolas a la Frontera Norte para la lucha contra el narcotráfico
En una decisión que ha causado más sorpresa que agrado, el Poder Ejecutivo Nacional decidió enviar a la frontera norte a integrantes de las Fuerzas Armadas, para que se sumen a la lucha contra el narcotráfico. La cuestión, una vez más, dividió a la opinión pública. Más allá de la historia reciente y cuestiones ideológicas, pero sobre todo por lo que dispone la Ley de Seguridad Interior, técnicamente los integrantes de las Fuerzas Armadas son formados para acudir en defensa de la soberanía nacional o de conflictos multinacionales donde se las convoque como fuerzas multinacionales de paz, casos en los que, dicho sea de paso, tuvieron una destacada actuación.
Ahora bien, el tema del narcotráfico en la frontera, vuelve a los titulares de los medios con una solución espasmódica, a medias y sin la cesura indispensable que requiere un problema de máxima complejidad. En primer lugar debe señalarse que no es con balas ni represión como se resolverá el asunto. A su vez, no se entiende por qué no se eligió a Gendarmería Nacional (fuerza de seguridad apta y preparada al efecto), para que en vez de patrullar el conurbano cumpla con su misión primigenia de custodiar las fronteras. Con ese fin se la creó en 1938. Una sola fuerza encargada del tema facilita los controles internos y externos de su desempeño; tiene formación específica al respecto y por la misión de su especificidad, conoce el terreno donde debe actuar.
Sin embargo, la cuestión no queda solamente en eso: lo que se debió haber hecho es presentar un proyecto integral que se discuta constitucionalmente en el Congreso Nacional y se escuche a los especialistas en el tema, que dicho sea de paso, pertenecen a diferentes áreas y disciplinas. No existe lucha contra el narcotráfico sin inclusión social, educación e inversión sostenida en zonas donde la pobreza socava las bases mismas de la condición humana. En lugares donde la prostitución infantil y la trata de personas son moneda corriente en una realidad sin esperanza de ninguna especie. Las Fuerzas Armadas sólo pueden sumar un número mayor de efectivos al actual desconcierto. No existe un plan estratégico que recupere al noroeste argentino a una situación de dignidad que desde hace años ha perdido ante la incuria e indiferencia de las autoridades.
En el Congreso de la Nación debería discutirse desde un plan efectivo de radarización, hasta el mejoramiento de rutas, escuelas, hospitales, centros de salud y comunitarios e inversiones para salvar a la zona del flagelo. El noroeste y la frontera norte comprenden una de las regiones con mayores recursos del país. ¿Por qué entonces debe vivir sumido en la indigencia? De allí se extraen hidrocarburos y pueden cosecharse diferentes productos agropecuarios que podría generar un polo de agroindustria. O sea que lo que se enviará son armadas fuerzas, sin un objetivo concreto más que aparentemente “impresionar” a los traficantes, cuando es una verdad sabida que quienes
comandan a una legión de ciudadanos indigentes están amparados en la sombra del anonimato que permite la corrupción estructural, y algunos casos, enquistados en el seno de las propias fuerzas policiales y de seguridad. A lo mejor, preguntando a quienes tenemos experiencia de años en el tema se podría arribar a soluciones más ingeniosas y humanas que enviando armadas fuerzas a sumarse al caos.