Los vínculos en la Historia
06/09/2020. Análisis y Reflexiones > Otros Análisis
Esta forma de análisis histórico ha permitido enormes avances en la búsqueda de la verdad del hecho en sí.
Es probable que en un futuro no muy lejano, la historia se aboque al estudio de los vínculos entre las personas que luego tuvieron una actuación singular o una participación diferencial en un acontecimiento trascedente; una suerte de sociología de la historia particularizada en el vínculo, que es la unión o relación que se establecen entre dos o más personas. Actualmente, en la historiografía europea, por dar un caso, se recurre a las ucronías, que son las historias conjeturales o dicho de otro modo, aquellos sucesos que pudieron haber ocurrido de otro modo; o que quien resultó victorioso en la historia real, hubiese sido el vencedor. Esta forma de análisis histórico ha permitido enormes avances en la búsqueda de la verdad del hecho en sí. Y así es que las ucronías requieren también de los análisis vinculares, precisamente para evitar simplificaciones en el análisis y conocer mucho más a fondo a determinados personajes. En nuestra propia historia, este método todavía no se ha desarrollado y como si fuese un juego, tomaremos la figura vincular de Güemes, antes de que se volviese el héroe gaucho que descolló en nuestra tierra.
Recordemos que Martín Güemes estuvo radicado en dos etapas diferentes de su vida en la ciudad de Buenos Aires. Una primera, siendo un joven cadete del Regimento Fixo (así se escribía y la x se pronuncia j, como México), desde su llegada en la Navidad de 1805, luego de que el gobernador español Rafael de la Luz autorizara su traslado de Salta hacia la capital del Virreinato. En la ciudad de Buenos Aires, permaneció casi tres años, hasta que retornó a Salta en marzo de 1808, luego de enterarse de la muerte de su padre. En ese lapso fuera de Salta, combatió con denuedo en las dos invasiones inglesas, fue particularmente distinguido y considerado por el Héroe de la Reconquista y luego Virrey del Río de la Plata, Santiago de Liniers, pero intimó con Juan Martín de Pueyrredón, a cuyo Regimiento de Húsares perteneció. Güemes uso el uniforme de húsar hasta el final de sus días.
Sin embargo aquí viene la importancia vincular. El abuelo materno de Güemes, Martín Miguel de Goyechea, por quien lo bautizaron Martín Miguel al héroe gaucho, era íntimo amigo de Diego de Pueyrredón, que a su vez fue Teniente de Gobernador de Jujuy, donde residió el padre de Güemes, e incluso nació su hermano mayor Juan Manuel Güemes, el único abogado de la familia. De allí que, cuando Martín Miguel siendo un joven cadete del Regimiento Fixo partió por primera vez a Buenos Aires, haya tenido una cálida acogida en la casa de los Pueyrredón y trabase amistad con Juan Martín, hermano de Diego. Juan Martín de Pueyrredón fue posteriormente Director Supremo y uno de los pocos apoyos firmes y constantes que tuvo Güemes en la Guerra Gaucha e incluso el único dirigente político de peso que lo reconoció como gobernador intendente, lo ascendió y lo laureó por su campaña contra los realistas en la denominada Invasión de los Sarracenos. Uno de los episodios cúlmines de la Guerra de la Independencia.
Otro episodio vincular que tuvo una profunda significación en la vida de Güemes, fue la relación que tuvo el líder salteño con la familia del suegro de José de San Martín, en cuya tertulia lo conoció. San Martín es quien reivindica a Güemes y lo trae de regreso a Salta en enero de 1814. Lo saca del castigo impuesto por Belgrano a raíz de lo cual se extrañó, antes de Buenos Aires, primero en Santiago del Estero, donde trabó amistad con Manuel Dorrego -que también cumplía allí una sanción- y del caudillo santiagueño Felipe Ibarra, quien hasta la fecha es el mandatario argentino que más tiempo desempeñó el cargo de gobernador de una provincia: treinta y nueve años, en dos mandatos. Sin embargo la importancia vincular vuelve a ser decisiva. Don Antonio de Escalada, el padre de Remedios, la esposa de San Martín, era hijo extramatrimonial del santanderino Manuel de Escalada y Bustillo y la chilena Luisa Sarría. Manuel de Escalada, cuando don Antonio tenía aproximadamente ocho años lo reconoció como hijo legítimo. Era un hombre que había amasado una cuantiosa fortuna y había nacido en el pueblo cántabro de Castañeda, distante solamente en doce kilómetros de Abionzo, el poblado natal de don Gabriel de Güemes Montero, padre del general Güemes. De Escalada y Güemes Montero vinieron a América en la misma época, más allá de que se conocían y se profesaban amistad. Para mayor comprensión: don Antonio de Escalada, suegro de San Martín, era hijo de un amigo del padre de Güemes: don Gabriel de Güemes Montero.
Esto explica el conocimiento y la confianza que le dispensó San Martín a Güemes, pues lo había conocido en casa de su suegro y desde entonces el futuro Libertador de América mantuvo el criterio de mantenerlo como el único comandante que debía mandar el flanco derecho del Ejército de los Andes para que se encontrasen en Lima. Si esto hubiese o no solamente una cordial relación, sino una sólida amistad que en el futuro lo llevaría a ascender al jefe gaucho a general y reconcurrido, otro hubiera sido el destino de San Martín y la célebre y misteriosa entrevista de Guayaquil que mantuvo con Simón Bolívar, lo hubiera fortalecido de tal suerte, que su renunciamiento probablemente no hubiera sucedido. A su vez, sin la reivindicación sanmartiniana, Güemes no hubiese vuelto a Salta en el momento oportuno para erigirse en el líder político y militar que fue hasta su muerte.
Como se ve la interpretación de los vínculos y las ucronías, permiten deducir hechos históricos desde otra perspectiva totalmente diferente que el del análisis tradicional se realiza en la historia. Esta nueva forma de interpretación histórica no solamente ayuda a comprender porqué ciertas relaciones personales estuvieron signadas a que ocurriesen determinados hechos y en el modo que sucedieron, sino también contribuye a acercarse a la verdad histórica con mayor objetividad. En este método existe la causalidad, no las casualidades. Las casualidades en la historia sirven como datos anecdóticos, no como fuente reveladora de conocimiento. Pero eso ya es otra historia.
Por Abel Cornejo
Fuente de la Información: Voces Críticas