¿Por qué votamos? ¿Para qué votamos?
13/04/2023. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
Salta y el país se encaminan hacia un año electoral, donde se renovarán las principales autoridades nacionales, provinciales y municipales. El escenario, probablemente, es el más complejo desde la crisis del 2021. Es decir que veintidós años más ta
Esta vez con un escenario de post pandemia que impactó en la producción, el trabajo, los costos de producir y ciertamente en el ascenso de la espiral inflacionaria que debilita totalmente los salarios. Se generó una preocupante situación: por una parte se disparó el índice de la pobreza a niveles intolerables; por otro, gente que tiene empleo en blanco, en no pocos casos no supera los índices de la canasta básica.
Esa variable es nueva en la Argentina. Nunca antes se dio el caso de que quien tiene trabajo en blanco esté por debajo de la línea de indigencia. Otro tanto sucede con la enorme masa laboral de la denominada economía informal, llamada también economía popular. Ese sector debe ser incorporado a la formalidad, con la destreza suficiente que al empleo por cuenta propia o cuentapropismo no se lo discrimine, sino que se lo asimile al sistema económico. Es decir que está por debajo de la línea de pobreza.
No cabe duda entonces que la agenda electoral debe tener inexorablemente un denominador común que no es otro que: la emergencia socioeconómica del país y de qué modo saldremos de ella
¿Hay propuestas para eso? Por un lado, se ve como quienes tienen voracidad de alcanzar el poder, por el poder mismo están inmersos en largas y agotadoras luchas por ocupar los primeros puestos, aún a costa de olvidar cuál es la situación del pueblo argentino. Por otro lado, hay pregoneros de que la solución pasa por achicar el Estado para así reducir el déficit, lo que generaría aceptar que para salir de esta agobiante coyuntura, debemos aceptar más ajustes sobre los ajustes. En todo caso lo que necesitamos son políticas de desarrollo humano integral.
La Argentina no puede postergar algunos temas imprescindibles sobre su futuro como Nación. En primer lugar debe discutirse y sancionarse la Ley de Coparticipación Federal. Aspiración dormida y postergada desde la Reforma Constitucional de 1994 ¿Porqué no se la sanciona? Porque esa ley traería justicia y equidad en el reparto de recursos y disminuiría claramente la hegemonía distributiva del poder central que es absolutamente incompatible con un Estado Federal.
El federalismo hoy pasa exclusivamente por una mejor distribución de recursos. Otro tema a discutir es la regionalización tributaria. Los costos de producción en el interior del país hacen que pequeños y medianos productores deban convertirse en verdaderos héroes dado a las asimetrías existentes en las diferentes regiones. Una adecuada distribución tributaria en regiones, más tarifas diferenciales por región, cambiarían totalmente el mapa productivo argentino. Otra cuestión que aunque parezca ficcional deberá empezar a considerarse de manera urgente es la provincia de Buenos Aires.
Actualmente el conurbano bonaerense es directamente “una fábrica de pobreza” y la tendencia es que vaya en aumento, no en disminución. Ya recuperada la democracia en 1983, se dijo muchas veces que Buenos Aires, literalmente es un país dentro de otro, debería ser dividida en dos provincias. Esa escisión cambiaría por completo el panorama aciago en que está inmerso el conurbano y permitiría que esa tercera generación de pobreza estructural tenga esperanzas de encontrar una vida mejor y nuevas oportunidades. Asimismo desconcentraría un solo territorio, una enorme cantidad de habitantes que por sí sola resulta gravitante a la hora de elegir presidente y vicepresidente de la República. Recordemos que el partido de la Matanza, es el primer distrito electoral argentino. Por encima de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
En medio de todo ello está la gente. Harta de las postergaciones, de frustraciones, de ineficacia y de falta de oportunidades. La Argentina fue el país de la movilidad social por excelencia.
¿Adonde quedó perdida la movilidad social? Cuando dejamos de tener un proyecto social incluyente de pleno empleo. Y cuando no teníamos un nuevo y tenebroso factor que es que en la actualidad la sola generación de empleo no basta para aumentar y mejorar a los sectores de la producción. Es decir que mayor empleo no implica necesariamente aumento de la inversión, la producción y la rentabilidad. Ahora, millones de argentinos sólo aspiran a tener para comer los próximos tres o cinco días. Recordemos que hay estudios realizados, que apuntan a que la Argentina en su máximo potencial de producción de alimentos, podría abastecer a todo el planeta durante diez años. Ese es nuestro potencial absolutamente desaprovechado por falta de un proyecto nacional y de políticas de estado. Si eso es así, no podemos menos que afirmar que la tercera generación de pobreza estructural es un escándalo moral que nos interpela éticamente como sociedad para realizar cambios, no en base a ajustes que sólo generarán mayor desocupación y mayor indigencia sino a reformas necesarias para que el país funcione de otra manera de una vez y para siempre.
Asombra la falta de proyectos sobre estos temas de gran parte de la dirigencia y la incuria en tomar decisiones fundamentales para el futuro del país. Por eso es que la gente no se siente motivada a ejercer el sufragio, o elige votar en blanco como forma de castigo. El voto en blanco no suma a la mayoría. Ese es un disparate propio de ignorantes o de mal intencionados. El voto en blanco es el ejercicio del sufragio que se ocupa de anoticiar a la dirigencia que un sector de la población no se siente representado, pero que apuesta a la democracia.
José Saramago lo describe magistralmente en su libro Elogio de la lucidez. La novela es una reflexión sobre los mecanismos del poder y las actitudes de los gobernantes ante una posible revolución pacífica protagonizada por un pueblo desesperanzado e incrédulo en medio de las elecciones que legitiman la democracia
¿Porqué y para qué votar?
Porque el voto popular sigue siendo el único mecanismo revolucionario que pacíficamente puede torcer y mejorar el destino de los pueblos ¿Cómo se evita el voto en blanco? Cuando la gente cree que puede haber candidatos que efectivamente tengan vocación de cambio social y lo lleven a la práctica. Obviamente que la suspensión de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias en algunos distritos electorales, no ayudó a la depuración de la lista de candidatos y es un dato que debe tenerse en cuenta a futuro. Aún así, debemos estar dispuestos a que tenemos la oportunidad histórica de ejercer el sufragio para cambiar lo que haya que cambiar y exigir que la agenda social y las reformas estructurales sean el camino que nos lleve a la construcción definitiva de una Argentina posible, libre, justa y soberana, con igualdad de oportunidades y sin marginalidad económica.
Eso solamente se consigue profundizando la democracia, yendo hacia formas más directas. Es decir que los dirigentes consulten constantemente a la gente y que la gente opine y decida. Las urnas son la solución no el obstáculo. Siempre...
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Fuente de la Información: Hola Salta