Semblanza de mi Padre
15/10/2015. Análisis y Reflexiones > Otros Análisis
La familia del Ingeniero Abel Cornejo rinde su homenaje a quien durante su vida dejó un legado imborrable en el recuerdo de quienes tuvieron la dicha de conocerlo.
Alrededor del mediodía del pasado 7 de octubre, murió en Salta el ingeniero Abel Cornejo. Había nacido en esta ciudad un 15 de junio de 1926, en la casa donde actualmente funciona el Colegio de Escribanos de Salta. A los cuatro años, como su padre había sido trasladado a Buenos Aires, luego de una breve estancia en Santiago del Estero, se fue a vivir a la Capital Federal donde cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Manuel Belgrano de los Hermanos Maristas, en el barrio de Belgrano, siendo distinguido con la plaqueta de oro como el mejor alumno. Posteriormente ingresó a la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires, donde egresó con el título de ingeniero civil especializado en vías de comunicación. En su juventud fue un entusiasta practicante de remo en el Rowing Club Argentino de Tigre, lo que le significó obtener una notable fuerza física hasta el final de sus días. Paralelamente practicó box en el Luna Park, y fue sparring de algunos pugilistas temibles con sus puños. También fue un activo gimnasta del Club Universitario de Buenos Aires, C.U.B.A. Desde aquellos días hizo amigos con los cuales mantuvo una suerte de hermandad a través de los años, quienes lo apreciaron y valoraron en toda su dimensión humana.
Tenía un profundo amor por Salta, su gente y sus paisajes y así decidió retornar y radicarse definitivamente para ejercer su profesión. Fue interventor y delegado regional de la Administración Nacional de Vialidad. Director de Vialidad de la Provincia. Secretario de Obras Públicas de la Provincia y de la Intendencia Municipal de la Ciudad de Salta. También fue director del Banco Provincial de Salta, cuando su directorio era elegido entre representantes de los sectores de la producción y las fuerzas vivas. Fue el primer presidente del Consejo Profesional de Agrimensores, Ingenieros y Profesiones Afines de Salta, y uno de los fundadores de la Asociación Argentina de Caballos Peruanos de Paso, una de las únicas con sede en el interior del país. Integró varias veces la comisión directiva de la Cooperativa Salteña de Tamberos, COSALTA, de la Cámara Regional de la Producción y de la Sociedad Rural Salteña. Integró también el directorio del Instituto Provincial de la Vivienda. Durante muchos años fue perito tasador del Banco de la Nación Argentina, del Banco Hipotecario Nacional y del Banco Nacional de Desarrollo. Realizó el estudio para el trazado del poliducto Campo Durán - El Tala, la mensura de los terrenos que luego se llenarían con las aguas del dique Cabra Corral, y otras tantas obras viales que perduran hasta el presente, entre otras, el puente de ingreso a La Caldera, el Puente Blanco sobre la Avenida Tavella, el puente sobre el rió Arenales en la avenida Paraguay, el puente que une el paraje de Corralito con el pueblo de San Carlos, la usina hidroeléctrica de Corralito y el puente sobre el río San Francisco.
Tuvo un amor profundo por su mujer, sus hijos y sus nietos; y en lo personal, fue un ejemplo de rectitud, austeridad y cabal sentido del deber. Era un hombre afable, elegante, de gran porte y esmerada educación. Galante y caballero, de un fino sentido del humor. Pero esencialmente, su herencia no fue solo la de ser un buen hombre y un hombre de bien, sino la de un hombre bueno. Hay ocasiones, donde las palabras no alcanzan a describir lo que el alma pretende decir, ni la nostalgia debe superar a los recuerdos. Este es el homenaje imperecedero de su mujer, sus hijos y sus nietos que lo han querido entrañablemente.