Abel Cornejo: "El ejercicio prolongado del poder siempre es contrario a la transparencia de las instituciones”
06/05/2016. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
El Intransigente dialogó con el Juez de la Corte Salteña, en un repaso imperdible por todos los temas: Justica, política, demandas ciudadanas y cuestiones pendientes
En el marco de su designación como miembro de la Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas, El Intransigente dialogó con el juez de la corte salteña, en un repaso imperdible por todos los temas: Justicia, política, demandas ciudadanas y cuestiones pendientes. Una entrevista especial para todos nuestros lectores.
El Intransigente - Dr. Cornejo, ¿qué significa para usted el ingreso a La Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas?
Abel Cornejo - Es un honor muy importante -desde luego considero que es inmerecido- pero destaco que hay una política de las academias de posar su mirada en el interior del país. El acercamiento siempre es bueno y genera satisfacciones.
EI - ¿Siempre quiso ser juez?
AC- Hace una pausa y sonríe- Desde niño quise ser Juez y quise ser abogado; es una vocación muy fuerte y, a esta altura, ya no sé si es una vocación o una enfermedad, pero ha sido siempre así. A raíz de esta designación de la Academia hay mayores imperativos morales y objetivos para alcanzar. Por otra parte, la exigencia es grande pero la satisfacción del deber cumplido es única.
EI- ¿Cree usted que la justicia necesita volver a acercarse al ciudadano? ¿Percibe esta nueva y fuerte demanda social?
AC- La justicia debe procurar siempre estar cerca del ciudadano. Es el gran desafío a cumplir. Por sobre todas las cosas porque la justicia – a diferencia de los otros poderes, no es electiva- entonces debe alcanzar un rol democrático que pasa por buscar la independencia y la imparcialidad y exige un enorme compromiso con la verdad que muchas veces nos lleva a atravesar grandes soledades que, finalmente, traen reconocimiento porque deriva en seguridad jurídica y en el sentido de garantía a toda la ciudadanía.
EI- Lamentablemente hemos transitado –para los grandes casos de corrupción- una historia que muestra pocas condenas. El clima social también exige mayor celeridad. ¿Cuál es su opinión?
AC- Es un reclamo que tarde o temprano se iba a producir. Sin embargo, a pesar de ciertos resultados que llegan a destiempo, creo precisamente que por exigencia de la gente la justicia va asumiendo esta nueva demanda. Los procesos, los resultados, y los tiempos, van a mejorar.
EI- Además de un hombre del derecho es usted un humanista. Desde el punto de vista cívico la justicia es -o debería ser- un elemento valioso para transmitir buenos ejemplos, sobre todo para los más jóvenes que, últimamente, parecen algo descreídos de la relación de valores entre esfuerzo, trabajo y este imperativo de "dar a cada uno lo que le corresponde”. ¿Qué reflexión le merece?
AC- Soy un optimista por naturaleza y guardo mis mejores esperanzas en los jóvenes. Creo que en lugar de cuestionar a los más jóvenes o echar culpas, debemos preguntarnos qué pasa cuando nos quejamos de algunas cosas, entre ellas el escepticismo. Probablemente el escepticismo sea un mensaje muy fuerte de la juventud para que las instituciones cambien y generen oportunidades. Lo que más le hace falta a este país es una profunda renovación dirigencial y un compromiso mayor. Si se incorpora gente joven con sus propios valores y con interés en vincularse con la cosa pública, venceremos ese desinterés muchas veces visto como un desgano creyendo que es característico de la edad.
EI: ¿Parecería que se ha instalado en el ciudadano la idea que el dirigente en lugar de servir a lo público, termina "sirviéndose de lo público”. ¿Cree que existe el compromiso y la voluntad para revertir esto?
AC: Uno de los cambios sociales más importantes que se tienen que dar en el país es un gran sinceramiento sobre lo que significa ser un servidor público y la distinción entre lo público y lo privado. En muchos casos, el acceso al poder parecería implicar la disposición de la billetera comunitaria para uso personal y eso es casi una herida sangrante para la República. Voy a dar un ejemplo bastante cercano de lo que debería ser: El Penúltimo presidente uruguayo devolvió USD 300 mil al entregar su mandato, vive en una forma austera y uno puede coincidir o disentir con sus ideas pero de lo que no hay duda es que se trata de un caso de honestidad. Es un ejemplo para los jóvenes saber que el ejercicio del poder no necesariamente trae aparejado conductas reñidas con la ética ciudadana.
EI: quisiera hacerle una pregunta abierta y pedirle que la responda de la manera más espontánea y directa posible. ¿Qué piensa de la política?
AC: Tengo pasión por la política porque tiene un enrome contenido valorativo. Todos hacemos política en nuestros poderes. El ejercicio político está en casi todo. Desgraciadamente los argentinos nos hemos acostumbrado al sentido peyorativo de la palabra "política”. Hay que recuperar la pasión y la acción política como una forma de construir y asegurar las instituciones de la República. En este sentido y bien entendida, la Política es la actividad más noble del ser humano; debemos aprender a cuidarla, justamente por la historia de silencios, persecuciones y falta de respeto al estado de derecho que hubo en una época triste de la Argentina.
EI: Entrando en un terreno más espinoso y partiendo siempre de la independencia de poderes, ¿cree usted que al actual gobierno le está haciendo falta interlocutores válidos con el poder judicial? ¿Percibe una mirada poco profesional del Macrismo sobre la Justicia?
AC: Sobre la justicia no debemos discutir la mirada de un solo gobierno sino una mirada a nivel país. Las discusiones sobre la justicia son todavía una asignatura pendiente porque llegan remedios tardíos para situaciones concretas. Creo que hay que hacer una gran reforma judicial. Por ejemplo, desde lo institucional, hay juzgados que tienen competencia múltiple. En el interior del país es muy común observar esto; los juzgados federales deberían tener competencia en relación de la materia. El otro tema a revisar son los mecanismos de selección de jueces, creo que se debería volver al Consejo de veinte miembros y respetarlo como institución ordenadora. También insisto en avanzar hacia una mayor educación cívica respecto a cuál es la importancia que tiene el fallo como "decisión judicial” y dar un mensaje democrático reconociendo que no deben haber mandatos eternos dentro de la justicia, permitiendo la renovación. El ejercicio prolongado del poder siempre es contrario a la transparencia de las instituciones. Debemos estar dispuestos a saber autolimitarnos y sucedernos.
EI: Dr. Cornejo felicitaciones por la distinción y gracias por su tiempo.
AC: El agradecido soy yo
Fuente: El intransigente