Abel Cornejo: “El país necesita menos hipocresía y más solidaridad”
22/08/2024. Noticias de Interés > Noticias de Salta
La hipocresía, que es el fingimiento de cualidades o sentimientos que en realidad no se tienen. Es exactamente lo contrario a la verdad. Así como el cinismo es la desvergüenza en mentir, la hipocresía, es mostrar como virtuoso algo que no lo es.
La hipocresía, que es el fingimiento de cualidades o sentimientos que en realidad no se tienen. Es exactamente lo contrario a la verdad. Así como el cinismo es la desvergüenza en mentir, la hipocresía, para hacerlo más sencillo, es mostrar o querer mostrar como virtuoso algo que no lo es, o ver en los demás defectos para evitar reconocer los propios.
¿Por qué traigo esto a colación? A mí no me gusta generalizar, prefiero ir directo al punto, como se dice, “ir al hueso”. Estamos viendo todos estos escándalos vergonzosos que han sucedido en torno a la figura del expresidente Alberto Fernández. He leído un libro reciente de Silvia Mercado, que les recomiendo, titulado “El presidente que no quiso ser”, donde se anticipan muchas cosas que estamos viendo hoy.
Una primera pregunta sobre la hipocresía: ya sabemos que la justicia se está encargando del asunto, pero se aprovecha para desvirtuar lo que es la violencia contra la mujer, presentándola como una impostura, cuando alguien que ocupó la primera magistratura de la República supuestamente ejerció dicha violencia. Al margen de esa cuestión, que sigue su curso en los tribunales y en los medios amarillistas, la primera pregunta es: ¿alcanza dentro del peronismo con que Alberto sea el chivo expiatorio, o se necesitan más autocríticas? Es importante reflexionar sobre este punto. Está bien si ahora es el culpable de prácticamente todo, pero ¿es el único? Dejo esa reflexión sobre la hipocresía en la que vivimos.
¿Cuál es el otro punto de la hipocresía? Nos vamos a la vereda de enfrente. En la vereda de enfrente hay algo que me enseñó mi padre desde niño: nunca se debe patear a los caídos. Alguien que ya está en el suelo no debe ser pateado. El presidente se ofreció a cuidar al perro de Alberto Fernández, pero hay 46 millones de argentinos que no somos perros, somos seres humanos. Resulta que este fin de semana vi un artículo en el portal de Ámbito Financiero donde se dice que entre diciembre de 2023 y mayo de este año, tenemos 600.000 fuentes de trabajo genuinas menos. Repito, 600.000 fuentes de trabajo en blanco ya no están. Primera cuestión, ¿es interesante cuidar al perro?
A su vez, se ha agravado la situación con personas que incluso eran afines al presidente. Esta embestida en contra de cualquier periodista que diga algo que desentone, como el reciente ataque contra Diego Leuco, es preocupante. La libertad de prensa es la base de la república. Junto con esto, el consumo sigue desplomándose, y cada vez más ciudadanos y ciudadanas que tienen un sueldo en blanco están por debajo de la línea de pobreza.
Es un gran tema porque en Argentina siempre discutimos temas viejos mientras el mundo discute otra cosa. Hemos vivido esta división, que antes se llamaba grieta, y ahora no sé cómo se le llamará. Está esta postura de o eres militante, o entras en el neoliberalismo. Lo cierto es que son dos sistemas o teorías económicas que en ninguna parte del mundo ya se aplican, pero nosotros seguimos en esa discusión.
Mientras tanto, seguimos pensando en detener la obra pública, lo cual dinamizaría el consumo y el empleo, movería la economía. Esta semana, volviendo al tema de la hipocresía, porque buscamos tener una justicia mejor, se empiezan a discutir dos cosas en el Congreso de la Nación. Una en el ámbito del Senado y otra en la Cámara de Diputados. En el Senado, el pliego del inefable juez Lijo y su relación con su padrino, Lorenzetti.
¿Cuál es la salida que parecen buscar ahora? Aumentar los miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, lo cual no estaría mal si se hiciera una discusión política real, sincera, abierta y democrática para ver cómo se integra finalmente la Corte. Si se amplía la Corte, sería un despropósito designar estos dos nuevos jueces. Si se lleva a siete o nueve miembros con ese número vacante, podría haber una discusión diferente. Ayer lo mencionaba en el programa de Romina Núñez el Ministro de Justicia, Mariano Colón.
El tema de inteligencia no es menor. Ya lo dijimos en este programa, son 100.000 millones de pesos destinados a la nueva Secretaría de Inteligencia del Estado, en la cual no habría obligación de rendir cuentas respecto a ese dinero. Compare las cifras: esa cantidad para inteligencia, y la pobreza escalando al 63%, así como lo están escuchando. Otro tema relacionado con la hipocresía. ¿Qué otra cuestión hay? Hay un juez federal en Rosario, que ya mencionamos en esta columna, llamado Marcelo Bailaque.
Este señor comparte el contador con Lindor Alvarado. ¿Quién es Lindor Alvarado? El jefe de uno de los dos cárteles más letales que hay en Sudamérica en este momento. Uno es el de “Los Monos” de los hermanos Cantero, y el otro es el de Lindor Alvarado. Curiosamente, este juez federal de Rosario comparte el mismo contador que Lindor Alvarado. El señor sigue impartiendo justicia como si nada pasara. Otra hipocresía más, pero ustedes saben que cada maestrito con su librito.
Hoy traje este libro que se llama “Hipocresía”. Lo escribió Slavoj Žižek, uno de los grandes pensadores del mundo en este momento. Reflexiona sobre el neoliberalismo, porque el presidente dijo que quería que Argentina fuera como un gran Silicon Valley, es decir, como ese valle informático que tienen los Estados Unidos, donde se diseñan iPods y iPads, ya sabemos. Pero, ¿se fabrican ahí o solo se diseñan? El diseño es de ahí. ¿Dónde se fabrican? En algún lugar de China, en una empresa llamada Honghai, subsidiaria de Foxconn. Foxconn está dirigida por un señor llamado Terry Gou, quien evidentemente nunca será un humanista. Dice que el millón de empleados que tiene Foxconn, su subsidiaria, trabaja en condiciones infrahumanas, y él los describe como “un millón de animales salvajes de fiesta”. Es el sentido humanitario que tiene.
Así que cuidado cuando miramos estas cosas, porque a esa gran fiesta de la sociedad de consumo, que cada vez es para menos gente, tenemos esta otra parte con ese desprecio hacia seres humanos que son tratados como animales salvajes. Así describe Gou a sus operarios, que trabajan 11 o 14 horas diarias, viven en condiciones infrahumanas y no tienen derechos sociales. Ese es el mundo de la hipocresía, y es el mundo que nosotros no queremos. Queremos un mundo solidario, con justicia social, bien común y menos hipocresía.
Fuente de la Información: La Columna NOA