Atta Gerala: La "permanencia" en uno de los lugares más pobres
01/11/2024. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Atta Gerala es una especie de "símbolo de permanencia" en la democracia y un hombre fuerte de la política en el agreste y extenso departamento Rivadavia.
Atta Gerala es una especie de "símbolo de permanencia" en la democracia y un hombre fuerte de la política en el agreste y extenso departamento Rivadavia.
Su última gestión al frente del municipio de Morillo, o Coronel Juan Solá, en Rivadavia Banda Norte, se remonta desde 2015 hasta la actualidad y antes había ocupado la jefatura comunal durante otros 16 años, desde 1995 hasta el año 2011. En ese lapso de 4 años tuvo que resignar la intendencia ante su competidora electoral, Marcela Carabajal, aunque el "impasse" lo dejó ocupando una banca en la legislatura provincial.
De no haber sido por esa derrota en las urnas, Atta Gerala estaría ahora cumpliendo 30 años en forma ininterrumpida como intendente de uno de los pueblos más pobres de toda la República Argentina.
Pero esta completa contradicción entre tiempo y calidad de gestión, no se corresponde solamente con la vida democrática en nuestros país. Los comienzos de Atta Gerala se remontan a la época de la última dictadura militar, cuando siendo un conocido comerciante del lugar, tomó las riendas del alejado municipio en el Chaco salteño.
No obstante, lo inhóspito de la geografía no lo dejó al margen de las circunstancias en uno de los pasajes más oscuros de la historia del país. Su nombre sonó fuerte en los expedientes reabiertos por delitos de lesa humanidad cometidos en aquella época y apareció varias veces en la sentencia del Tribunal Oral Federal 1 que condenó al exjefe de Policía Andrés del Valle Soraire a prisión perpetua, por el secuestro y homicidio del comerciante y militante radical Fidel Yazlle, cometido el 11 de febrero de 1977, en Coronel Juan Solá.
De acuerdo a un párrafo de ese expediente, "esto se pudo acreditar con el testimonio de Eulogio Dip (Agente Radioperador) quien declaró a fs. 139 del sumario y señaló que cuando Ávila se hizo cargo de la dependencia poco salía de su domicilio, pero que luego, las amistades que comenzó a frecuentar fueron el llamado Miguel Atta Gerala, quien tenía antecedentes por ser contrabandista".
Desde aquella época hasta la actualidad muchas cosas cambiaron, al punto que ya con la democracia como estandarte, Atta Gerala acumula múltiples denuncias por trabajo esclavo hacia comunidades indígenas en sus fincas, extorsión a pobladores y malversación de fondos públicos entre otras causas.
En 2016 Gerala fue procesado por el delito de peculado, En septiembre de 2018 se recibió la confirmación del Tribunal de Impugnación. El juez de Garantías 1 de Tartagal, Nelso Aramayo, elevó la causa a juicio en abril de 2019. Quedó radicada en la Sala I del Tribunal de Juicio de Tartagal. La denuncia había sido presentada en 2011 por la exjefa comunal Marcela Carabajal.
El peculado es lisa y llanamente un hecho de corrupción, un robo de la plata del pueblo, que técnicamente se define como malversación de fondos. Significa hurtar bienes del Estado o del tesoro público, pero con el agravante de que se trata de un delito cometido por un funcionario público.
En su defensa, en 2012, Gerala había manifestado a medios de comunicación que esa denuncia tenía un trasfondo político. En 2015 Gerala recuperó el manejo del municipio tras imponerse en las elecciones de ese año por 30 votos.
El 28 de noviembre de 2021, cinco hombres ingresaron al domicilio del intendente en Coronel Juan Solá, lo golpearon fuertemente tanto a él como a su pareja y luego los ataron, exigiendo la entrega de una llave de la caja fuerte. De allí se llevaron 16 millones de pesos y escaparon en una camioneta propiedad de Gerala. Su sueldo como intendente jamas podía justificar ese monto acumulado.
La investigación posterior llevó a concretar 11 allanamientos simultáneos entre Hickman y Fortín Dragones, donde detuvieron a los cinco miembros de la banda. Del total robado se recuperaron tres millones de pesos. La Toyota robada apareció quemada, a dos kilómetros de la localidad de Hickman, a la vera de la ruta nacional 81. La sospecha de la mafia siempre estuvo cerca de Atta.
Fuente de la Información: El Tribuno