Cada dos días se escapa un preso en el país
14/12/2015. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
En lo que va del año, precisamente en estos últimos cuatro meses, se han fugado alrededor de 39 delincuentes en distintos penales del país. Un hecho que va creciendo con el tiempo a causa de negligencia y colaboración policial.
Un insólito y curioso hecho ocurrió durante la mañana del sábado en la comisaria sexta de la localidad de El Talar de Pacheco, ubicada en ruta 197 al 2100, esquina Suiza, en la localidad de Tigre en Buenos Aires.
Alrededor de diez presos se dieron a la fuga cuando en la zona de los calabozos se encontraban solamente dos policías. Los reos simularon que había una situación de emergencia y cuando los efectivos acudieron en su auxilio fueron tomados de rehén. Los delincuentes escaparon por la puerta principal de la comisaria.
En otro sector del edificio, se encontraba el comisario y otros efectivos que escucharon el revuelo generado y salieron a tratar de recapturar a los presos. Minutos después lograron atrapar a cinco que todavía se encontraban en la zona.
El resto aún son buscados por los efectivos de seguridad. La fuga es investigada por la fiscal de El Talar Claudia Gambotto, mientras que se dio intervención a su colega de Pilar Carlos Washington Palacios para determinar si hubo algún accionar negligente por parte de los policías a cargo del cuidado de los calabozos.
El número de fugas ha aumentado con el correr de los años.
La fuga de presos aumentó durante este último año y esto es debido a actos de negligencia, como también sobornos o distintas formas de pago que reciben los oficiales de seguridad para formar parte de la maniobra de escape.
“En general, este tipo de fugas son tarifadas”, dijo Julián Zalloechevarria, uno de los partícipes del denominado “robo del siglo”, el asalto a 145 cajas de seguridad de la sucursal Acassuso del Banco Río en el 2006.
“Estas tarifas las termina pagando el abogado. Esta situación puede costar $50.000 por cabeza”, reconoció Zalloechevarria y aseguró que la libertad tiene un precio.
Fugas en los últimos cuatro meses
Se fuga alrededor de un preso cada dos días y medio.
Durante estos últimos meses hubo varias fugas de presos en distintos penales del país. Alrededor de 39 reos se escaparon en estos últimos meses, es decir, un prófugo cada dos días y medio.
Las fugas más llamativas se registraron en Tigre, Hurlingham, Azul, Rosario, Coronda, Olmos, William Morris y La Plata.
Cinco detenidos lograron huir de la comisaría número 3 del barrio de William Morris.
El día 3 de diciembre, cinco detenidos lograron huir de la comisaría número 3 del barrio de William Morris, partido de Hurlingham, al oeste del conurbano bonaerense.
Cavaron un túnel y atravesaron una pared que conectaba su celda con un patio. Usaron un mueble para tapar la obra y guardaron la tierra en sus colchones.
Los investigadores del caso separaron del cargo a cinco policías por considerar que los delincuentes estuvieron bastante tiempo realizando el hoyo y “es imposible” que nadie se haya dado cuenta.
El 7 de diciembre se dieron a la fuga cuatro presos de la Comisaria Seccional número 6 del barrio 12 de Octubre, en Jujuy. Los detenidos aprovecharon “el aparente mal estado de un candado” utilizado para cerrar las celdas de la seccional, y tras violentarlo escaparon por un portón que da a la calle.
La justicia decidió imputar a los policías que se encontraban en ese momento en el destacamento por “accionar de manera negligente” ante la huida de los presos.
Tres presos se escaparon de la comisaría número uno de la ciudad bonaerense de Azul.
El 19 de noviembre, tres presos se escaparon caminando por la puerta de la comisaría número uno de la ciudad bonaerense de Azul, al aprovechar que la celda había quedado abierta. Los policías que estaban de guardia fueron desafectados.
La madre de todas las fugas
El 20 de agosto de 2013, 13 presos escaparon del pabellón B del módulo 3 del Complejo Federal I de Ezeiza, lo que provocó la renuncia del entonces jefe del Servicio Penitenciario, Víctor Hortel, que calificó el hecho como "cinematográfico".
Para salir de la cárcel, los presos debieron romper casi 30 centímetros de concreto y luego construir un túnel a través del cual salieron a la parte exterior del módulo y luego de cortar alambrados perimetrales, llegaron a la calle.
Tras la fuga, el Ministerio de Justicia de la Nación ofreció recompensas por cada uno de los prófugos.