Denunciaron a dos policías de Tartagal por golpear a un joven
06/08/2024. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Fue a la salida de un boliche. Lo torturaron y hoy pide protección del Estado y justicia por sus lesiones. Cuando lo llevaron al hospital, un médico -sin revisarlo- dio su dictamen: sin lesiones visibles.
Lucas es un jóven de 22 años que vive con su abuela y desde el domingo está atemorizado por la seguridad de ambos, luego de ser detenido, golpeado y torturado sin causa alguna por dos efectivos de la Policía. Los acusados -al parecer- pertenecerían a la motorizada.
"Prefiero no dar mi apellido, porque si fueron capaces de golpearme como lo hicieron sin ningun motivo debo esperar quizá una represalia o una causa. Hice la denuncia, me revisó una médica y mi abogada me dijo que la causa está ya en proceso. Hoy hago pública esta situación para que nadie viva lo que sufrí", explicó cuando se presentó en la agencia Tartagal de El Tribuno.
Todo se produjo después de las 4 del domingo, cuando el chico de 22 años, de oficio repartidor, salió del boliche Maracatú, de avenida Packam, luego de haber intercambiado palabras con su exnovia. "Yo estaba en el boliche con dos chicas y mi exnovia me vio, se molestó mucho y me vino a reclamar. Cuando salí hacia afuera, donde se guardan las motos, con la intención de regresar a casa, ella también salió, y enojada como estaba fue a decirle a dos policías que estaban afuera del boliche que yo le había quitado su teléfono.
"No tenía nada que ocultar"
"En el momento en que estaba por encender la moto, dos efectivos se acercaron y me dijeron que le devolviera el teléfono a mi novia, a lo que les respondí que yo no tenía nada y que si querían me revisen porque no tenía nada que ocultar".
Lucas sintió que lo tomaban por la fuerza, lo tiraban al piso y le colocaban las esposas, mientras lo insultaban. "Entre los dos me doblaban las piernas y me dolía tanto que comencé a gritar, pero más me pegaban; creía que me habían quebrado las rodillas porque sentía que me desmayaba del dolor. Luego de darme patadas en el rostro y en el cuerpo mientras me tenían esposado me cargaron en un movil y me llevaron al hospital".
Lucas recordó: "Me bajaron, me hicieron entrar en un consultorio donde un médico firmó un papel, se lo entregó a los policías pero ni siquiera me miró, ni siquiera me revisó ni me preguntó cómo me sentía. Me cargaron en la camioneta y me llevaron detenido a la comisaría 4. Ahí me dejaron en un calabozo hasta las 10, a esa hora me dijeron que me fuera".
Lucas preguntó por qué estaba detenido y uno le dijo: "No sé, yo estaba ocupado cuando te trajeron". Luego explicó: "Me quitaron la moto y cuando me liberaron me vine caminando como pude", dijo.
Al llegar al centro llamó a una abogada y le relató lo ocurrido, "con ella fuimos al hospital. Nos atendió el mismo médico, pero esta vez me preguntó qué me había pasado, qué me dolía. El lunes puse la denuncia en la Ciudad Judicial, donde otra médica me vio. Los policías me quebraron un diente, me lastimaron el rostro y me golpearon la cabeza. Ninguno de los dos llevaba identificación".
Descarga de algunas frustraciones
Lucas explicó: "Jamás me resistí y mi exnovia cuando vio cómo me pegaban, me doblaban las piernas y yo gritaba, comenzó a llorar y pedirles que me soltaran. Cuando me dieron la libertad me hicieron firmar un papel donde me comprometo a no faltarle el respeto a ningún efectivo de la motorizada. Ahora temo por alguna represalia. Ellos saben dónde vivimos con mi abuelita", aclaró el joven, que teme una represalia.
La moto de Lucas fue entregada a Tránsito: "Me hicieron un montón de infracciones, yo llevaba casco, tenía todos papeles, el carné de conducir, todo en regla. Ahora tengo que pagar".
El injustificado hecho que vivió el joven se suma a tantos otros que tienen por protagonistas a efectivos de la Policía, quienes -al parecer- vuelcan en jóvenes de condición humilde su propia frustración. Un tema que debiera ser matería de análisis dentro de la propia fuerza y que termina perjudicando la imagen de toda la institución.
Fuente de la Información: El Tribuno