Dos salteños detenidos por trata laboral en Buenos Aires
05/12/2024. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Un contratista y un inversor hotelero del Valle de Lerma. Ambos fueron privados de la libertad luego de una inspección al Complejo Inmobiliario Delta Center de Tigre, donde había 24 trabajadores en condiciones deplorables de higiene y seguridad
El contratista Carlos Díaz Chilo y inversor y empresario hotelero Pablo Pellegrino, ambos salteños del Valle de Lerma, se encuentran detenidos en Buenos Aires, junto a un arquitecto, por trata de personas. Un operativo realizado por la Dirección General Impositiva (DGI) en el Complejo Inmobiliario Delta Center, en el partido de Tigre, reveló que tenían trabajadores en condiciones infrahumanas, en su mayoría deI interior de Salta.
La DGI encabezó el allanamiento ordenado por la jueza federal Sandra Arroyo Salgado.
En la inspección se detectó a 24 trabajadores de la construcción en condiciones de trata de personas con fines de explotación laboral.
Díaz Chilo, Pellegrino y el arquitecto Walter Mosca fueron detenidos, mientras que pesa un pedido de captura contra el inversionista mayoritario, Rodolfo Rudy Pérez, que se encuentra prófugo.
Se pudo conocer que los trabajadores se encontraban viviendo en pésimas condiciones de seguridad e higiene; además, realizaban jornadas laborales extensas de lunes a sábado, de hasta 12 y 14 horas, cobraban salarios muy bajos y no estaban registrados en la Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA). Esta situación se habría prolongado desde hace dos años.
"Yo soy un dios, a mí nadie me va a hacer nada"
Salta/12 conversó con personas que fueron víctimas de explotación laboral en el Complejo Inmobiliario Delta Center. Había "paraguayos, jujeños, porteños, formoseños, salteños, era una obra de 165 empleados por día", detallaron.
También había mujeres electricistas, cocineras, otras hacían el servicio de limpieza, y algunas ocupaban el rol de guardias que controlaban la entrada y salida del personal.
Díaz Chilo llevó a personas de Rosario de la Frontera, Metán, Rosario de Lerma Cerrillos y Campo Quijano. En un momento los trabajadores eran un grupo de 37 que vivían hacinados "en un cuarto de 12 por 8 metros".
Según los relatos, al principio la comida "era buena" y les cumplían con los pagos, pero las condiciones fueron empeorando de forma progresiva. Tenían 3 baños químicos para todo el personal, y las mujeres debían compartirlos con el centenar de varones, a veces incluso se les impedía ir al baño.
A las encargadas de la limpieza les hicieron compartir el cuarto con Díaz Chilo. Después se les asignó una habitación que seguía conectada a la del contratista y tenía una alarma en la puerta.
Las personas consultadas dijeron que el contratista después les mezquinaba la comida y el agua, pese a que les descontaba los alimentos del sueldo.
Una persona dijo que en una ocasión 15 personas enfermaron de salmonella porque les dieron comida en mal estado y cruda, con la complicidad de un "cocinero misionero" al que después pusieron de "guardia", que también ejercía maltrato y los "trataba de negros de mierda a todos". "Díaz Chilo se burlaba. Decía 'a partir de ahora van a hacer dieta'", señaló, y luego les dieron para comer "un pocillo de polenta cruda".
Los trabajadores comenzaban a trabajar a las 6 de la mañana y terminaban su jornada laboral a las 20.30. El contratista les "daba dos horas para salir al super y volver porque después cerraba la puerta" y no les permitía entrar después de eso.
Además, indicaron que "el señor (el contratista) les apoyaba las partes íntimas" a los jóvenes trabajadores y los amenazaba con violarlos.
Según relataron, el ahora prófugo Rudy Pérez llegaba en un Ferrari a inspeccionar la obra. "Díaz Chilo era el que recibía la plata, seleccionaba al personal. Nos decía 'yo soy un dios, a mí nadie me va a hacer nada. Pablo Emilio Escobar es un poroto a la par mía'".
Una de las personas consultadas, dijo que cuando iban a cobrarle los sueldos impagos a Díaz Chilo en Rosario de Lerma o al hotel Terciopelo, los amenazaba con que "les iba a quemar la casa". Indicó que la pareja, que es profesora en un colegio de monjas, también los corría, "ella traía el dinero de Buenos Aires a Salta, lo llevaba, y a veces no le quería pagar a la gente, los viajes eran pagados por Pablo", detalló.
Fuente de la Información: Página 12