El Gobierno redobló la presión sobre Fayt, pero el juez dice que no renunciará
07/05/2015. Análisis y Reflexiones > Análisis y Reflexiones
Su abogado dijo que habló con él y que no planea dejar la Corte; Aníbal Fernández lo desafió a salir de su casa, y los diputados oficialistas piden probar su estado de salud.
En una nueva escalada del conflicto entre el Gobierno y la Corte Suprema, el kirchnerismo volvió a redoblar ayer la presión sobre el juez Carlos Fayt, lo que motivó una dura reacción de la oposición.
El mensaje más fuerte lo dio el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien desafió al magistrado, de 97 años, a salir de su casa y enfrentar a la prensa para demostrar cuál es el verdadero estado de su salud mental. "Saliendo de su casa y hablando como solía hacerlo, despejaríamos esa duda de cómo está su salud física y mental, y todos estaríamos tranquilos y contentos", dijo el funcionario en su habitual diálogo con la prensa, en la entrada de la Casa Rosada.
El Gobierno sostiene que Fayt sufre un deterioro cognitivo que le impide seguir ejerciendo su cargo. Aníbal Fernández insiste en este tema desde el año pasado, antes de asumir como jefe de Gabinete. Pero la presión se hizo generalizada luego de que se conociera que, con ocho meses de anticipación, la Corte había decidido reelegir en la presidencia del cuerpo a Ricardo Lorenzetti, para el período 2016-2019.
Esa resolución quedó plasmada en una acordada en la que se afirma que Fayt participó del acuerdo, llevado a cabo en la sala de audiencias del tribunal. Pero ese dato quedó bajo sospecha: el periodista de Página 12 Horacio Verbitsky sostuvo que el juez firmó el documento en su casa y que, por el deterioro de su salud mental, no reconoció a uno de los funcionarios que le alcanzaron la acordada.
La presión se complementó ayer con el respaldo del oficialismo en la Cámara de Diputados a la posibilidad de que la Comisión de Juicio Político avance en la realización de medidas de prueba con el objetivo de determinar si Fayt perdió la idoneidad para desempeñar su cargo. La jefa del bloque del Frente para la Victoria (FPV), Juliana Di Tullio, y el presidente de la Cámara baja, Julián Domínguez, coincidieron en que, de comprobarse el deterioro cognitivo del magistrado, podría constituirse un caso de mal desempeño.
Por ahora, sin embargo, la comisión no dispuso ninguna medida. Ni siquiera se convocó a una nueva reunión, tras el encuentro de anteayer, en el que el kirchnerismo puso como presidenta del cuerpo a Anabel Fernández Sagasti, la nueva espada jurídica de La Cámpora en el Congreso.
Pese a la presión creciente, Fayt no se mostró en público. Sólo comunicó, por medio de su abogado, que no piensa alejarse de su cargo. "Me dijo que hay una campaña en su contra, que hay un embate del Poder Ejecutivo y que siente que a algunos les molesta su presencia en la Corte desde hace tiempo, pero que va a «aguantar los embates y resistir en el cargo»", contó Jorge Rizzo, defensor de Fayt y ex presidente del Colegio Público de Abogados de la Capital Federal. Detalló que había hablado por teléfono con el magistrado y que lo había notado "de muy buen ánimo".
Fuente: La Nación