Escapó de la violencia de género que sufría en Pichanal y hoy lucha para salir adelante
12/08/2024. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Francisca Aquino junto a sus hijos huyeron de los golpes de su esposo y gracias a un comedor de Atocha III, subsistió, aprendió a leer y a escribir y hoy se gana el “pan” por sus propios medios con su carrito de golosinas, en una escuela
Francisca Aquino se levanta a diario a las 5 de la madrugada para instalarse con su carrito de golosinas y ofrecerlas afuera de la escuelita “Nuestra Señora de Atocha”, para así sostener a su familia. Pero su vida no fue nada fácil, es oriunda de la ciudad de Pichanal, Orán, y cada vez que tiene que contar los motivos por los que salió de su lugar natal, sus ojos se llenan de lágrimas, al recordar que escapó junto a sus tres hijos pequeños, de los golpes que le propinaba su esposo en estado de ebriedad.
La terrible situación se hizo cada vez más insostenible para Francisca, ya que el agresor la castigaba al estar cegado de celos ante cualquier hombre que se le acercaba cuando ella salía a vender golosinas. Y muchas veces su hijo adolescente tuvo que enfrentarse a su padre (agresor) para defenderla, por lo que llego a sentir gran temor por el desenlace. Fue por eso, que decidió armarse de valentía y al no contar con ninguna protección de las autoridades de la zona, pese a denuncias que hizo, decidió huir por un futuro mejor para sus hijos. “El padre de mis hijos me golpeaba mucho, salí escapando con mis niños sin avisarle a nadie, temía por nuestras vidas”, relató angustiada.
Luego contó que su vida tras escaparse fue muy “dura”, estuvo por distintas fincas de la zona de Pichanal, luego llego hasta Santa Lucia en donde alquiló y dio con el comedor por una vecina que la acercó al lugar y le indicó que allí brindaban ayuda a las personas carentes de recursos. “Gracias al comedor tuve comida para mis hijos, me daban hasta ropa y zapatillas y eso me ayudo a salir del pozo”, sostuvo.
El apoyo vital del comedor “Jesús Te Ama” de Atocha III
Tras el infierno encontró el apoyo del comedor “Jesús Te ama” en Atocha III, en donde contó con alimentos para sus pequeños durante mucho tiempo, luego recibió algunos cursos en oficios y hasta pudo alfabetizarse, ya que no sabía leer ni escribir, es por eso que se muestra agradecida con este espacio que la ayudo a sobrevivir y a encontrar nuevas herramientas para salir adelante. “La vida esta dura, pero al menos hoy tengo para conseguirles un plato de comida para mis hijos”, expresó.
Actualmente logró rehacer su vida con una nueva pareja con quién tuvo tres hijos más, que ya se encuentran en el colegio y asegura que les enseña el valor del “respeto” y el “esfuerzo” para salir adelante. Francisca pudo levantar una pieza y una galería pequeña, y con su carrito de golosinas cuenta con mínimos ingresos para no tener que enviar a sus chicos al comedor. Sin embargo, intenta colaborar con el lugar y acerca mercadería cuando puede y también ayuda con el trabajo en la huerta del espacio. Asegura que nunca se olvidará de todo lo que hicieron por ella y sus niños, en su momento de mayor vulnerabilidad.
“Hace tres años que ya no tengo que ir al comedor, pero siempre estoy presente”, dijo.
Los tres chicos con los que salió de Pichanal crecieron y pudieron hacer su vida afortunadamente. Al ser consultada por su gran anhelo, asegura que quisiera terminar de construir su casa que esta a medias y lograr que sus hijos terminen sus estudios. Asimismo contó que su nueva pareja le ayuda pero se encuentra enfermo, por lo que a veces se hace difícil.
La escuela para Aquino es su segunda casa, ya que allí tiene sus clientes que son muy buenas personas y le permiten trabajar en algo honesto. “Si se trabaja deshonestamente así como viene la plata se va”, afirmó.
Mensaje para las mujeres que sufren violencia de género
Finalmente la valiente mujer dejo un mensaje para todas las mujeres que estén viviendo sometidas por la violencia y aseguró que no es bueno “callarse”, ya que a ella vivió durante mucho tiempo aguantando y en silencio. Sin embargo, las consecuencias pueden ser muy graves, es algo que afecta a los hijos y todas las personas que viven en ese círculo dañino. “A mí me afecto psicológicamente y sufrí mucho, pero sepan que hay esperanza y se puede salir adelante, es cuestión de tomar una decisión para cuidar su vida”, manifestó.
Los interesados en colaborar con la salteña pueden contactarse con ella al 3874102616.
Fuente de la Información: El Tribuno