La banalización del mal
21/05/2024. Noticias de Interés > Noticias de Salta
¿A qué nos referimos con la banalización del mal? Hablamos de la naturalización de actos y discursos que no están bien. El periodismo, dentro de un sistema democrático, no critica por criticar; su función es ofrecer una crítica constructiva.
Por Abel Cornejo
¿A qué nos referimos con la banalización del mal? Hablamos de la naturalización de actos y discursos que no están bien. El periodismo, dentro de un sistema democrático, no critica por criticar; su función es ofrecer una crítica constructiva. Como decía Maquiavelo, “juzgo imposible describir las cosas contemporáneas y no ofender a muchos”.
Recientemente, analizamos los viajes del presidente en sus primeros seis meses de mandato: recorrió 102,541 kilómetros, el equivalente a 2.28 vueltas al mundo. De estas visitas, solo una a Davos y otra al Papa Francisco en el Vaticano pueden considerarse visitas de estado oficiales. El resto han sido encuentros con empresarios o grupos ultraconservadores, generando tensiones innecesarias, como la reciente con España.
La banalización del mal se manifiesta también en el lenguaje despectivo del presidente hacia los inmigrantes, llamándolos “animales”, y en sus constantes insultos a figuras políticas, desde llamar al Congreso “un nido de ratas” hasta tildar al Papa Francisco de “representante del maligno”.
Las polémicas presidenciales no se detienen ahí. Se ha peleado con Brasil, nuestro principal socio comercial, y con su presidente, Lula da Silva. También ha descalificado a líderes de China, un país crucial para nuestras inversiones y comercio, al igual que a México y su presidente, Andrés Manuel López Obrador.
Incluso Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, atacó al presidente de Chile, Gabriel Boric, conocido por su educación y moderación. Estos conflictos, lejos de ser beneficiosos, perjudican nuestras relaciones diplomáticas y comerciales.
La reciente tensión con España surge de un ataque del presidente argentino a la esposa del jefe de gobierno español, Pedro Sánchez, sin que haya una condena que lo justifique. Esta situación ha incomodado a posibles inversores españoles y ha tensado nuestras relaciones con la Unión Europea.
El presidente también elogia a figuras como Margaret Thatcher, responsable del hundimiento del crucero General Belgrano durante la Guerra de Malvinas, un acto que costó la vida a muchos marinos argentinos.
La democracia se daña cuando se banaliza lo que no está bien. No se trata solo de un déficit cero o de reducir la inflación, sino de mantener un estilo de gobernar respetuoso y constructivo. Periodistas como Jorge Fernández Díaz, que no necesariamente tienen una postura progresista, también manifiestan preocupación por este estilo de liderazgo.
Nuestro aporte a la democracia debe ser incluir todas las ideologías y evitar los agravios y amenazas. Nunca más debemos permitir que opiniones distintas sean motivo de insultos o descalificaciones.
Fuente de la Información: La Columna NOA