La reforma del Código Civil que iba a cambiar la vida cotidiana de los argentinos, sin avances
07/07/2013. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
Las comisiones que deben discutirlo en el Congreso no se reúnen desde marzo; las elecciones, el nuevo papa y el enfrentamiento con Lorenzetti enfriaron el debate
Se planteó como una reforma que traería cambios concretos y revolucionarios a la vida cotidiana de los argentinos. Casarse, nacer, divorciarse, comprar una casa... nada iba a ser igual a partir de que entrara en vigencia el nuevo Código Civil y Comercial. Para la titánica tarea de reformarlo, hace dos años la presidenta Cristina Fernández de Kirchner convocó a un grupo de cien juristas y puso al frente de ellos al presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti. Sin embargo, desde hace meses el proyecto duerme en el Congreso. En los pasillos del Palacio Legislativo nadie se atreve a asegurar en voz alta algo que muchos temen: que el nuevo código vaya a naufragar, a quedar en la nada. Sí hay quienes afirman que, por lo menos, no va a tratarse antes de fin de año. Las cercanas elecciones, el enfrentamiento que mantiene la Presidenta con Lorenzetti, el padre del proyecto, y también el nombramiento del papa Francisco al frente de la Iglesia, que ha objetado varios puntos de la reforma, son los principales motivos por las que el nuevo código se aleja en el horizonte.
Lo cierto es que la comisión bicameral encargada de analizar el proyecto y de emitir un dictamen para su tratamiento en las dos cámaras, que tiene al senador Marcelo Fuentes y a la diputada Diana Conti (ambos del Frente para la Victoria) como presidente y vicepresidenta, no se reúne desde marzo. El último encuentro, el jueves 21 de ese mes finalizó con un "felices Pascuas", como consta en la versión taquigráfica. A partir de entonces los miembros no han vuelto a reunirse. Desde el Frente para la Victoria, el diputado Luis Cicogna, miembro de la comisión, precisa que han continuado los encuentros de sus asesores para trabajar en el texto del dictamen. Pero legisladores de otros bloques sostienen que no hubo avances. En lo que todos están de acuerdo es en que el tema no será abordado antes de los comicios de octubre próximo.
Desde la dirección administrativa de la Comisión Bicameral de Reforma, Unificación y Actualización del Código Civil con el Comercial confirmaron a LA NACION que hasta fines del año pasado se analizaron sólo cinco de los siete libros que conforma el proyecto de reforma, buscando estudiarlos a la luz de los cuestionamientos que surgieron durante las audiencias públicas que se realizaron en todo el país, con la participación de unos 1000 oradores. Y que desde entonces no han habido nuevos encuentros.
¿El enfrentamiento de la Presidenta con Lorenzetti podría malograr la reforma? Muchos creen que sí. Para el presidente de la Corte se trató de un desafío histórico. Entre los juristas existe un consenso acerca de que el código actual, tras más de 140 años, perdió relación con el estilo de vida de la sociedad. Aggiornar, adecuar, actualizar, ampliar, crear. Esta vez, el proyecto que comandó Lorenzetti no se propuso una reforma a medias tintas o una simple y parcial adaptación del código de Vélez Sarsfield. Se buscó crear un universo de leyes que regulen la vida cotidiana en la compleja sociedad actual. No hace falta mucho más para darse cuenta de que se trata de un gran desafío, incluso para un destacado hombre de leyes como Lorenzetti. Ser el padre de ese texto significará, sin dudas, pasar a la historia. Un rédito que la Casa Rosada hoy no tiene interés de compartir con el presidente de la Corte.
"La aprobación del nuevo código depende tanto de la labor parlamentaria como de la voluntad política. Y hoy, la voluntad del Congreso depende del Partido Justicialista. El Gobierno no parece tener la voluntad política de votar este código", expresó a LA NACION Ricardo de Felipe, presidente de federación que agrupa a todos los colegios de abogados de todo el país.
JURISPRUDENCIA
El problema que plantea la demora en el tratamiento de la reforma es que muchos jueces vienen fallando en función de lo que propone el anteproyecto de reforma, cuya aprobación, el año pasado, parecía inminente.
Por ejemplo, días atrás se conoció un fallo del Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N°86, que autorizó la inscripción en el Registro Civil de una beba que había sido gestada por una pareja mediante una técnica de fertilización e implantada en el vientre de una amiga de la pareja. La jueza Carmen Bacigalupo consideró aplicable al caso lo que dice el texto del proyecto de reforma del Código Civil en su artículo 562, sobre gestación por sustitución, algo que hasta ahora no estaba contemplado por la legislación vigente.
No se trató del único fallo que anticipó criterios del código que aún no se ha votado. Hace poco más de un mes, en La Plata se autorizó a una pareja a inscribir a su hijo Manuel, hijo de Laura Vázquez y Gonzalo Bernal, que nació en diciembre de 2012, con el apellido de la madre delante del de su padre. Este es un criterio señalado por el nuevo código, aunque también surgía de una interpretación de la ley de nombres. Este caso se resolvió por vía administrativa, ya que los padres no tuvieron que recurrir a la Justicia.
En al menos doce casos los jueces han citado el criterio de los juristas en la nueva redacción del código. Cabe preguntarse qué ocurrirá con estas sentencias si el nuevo texto no llegara a convertirse en ley.
"En estas sentencias, los jueces apoyaron la solución dada al caso concreto en disposiciones del Proyecto de Reforma y Unificación del Código Civil. Vale resaltar que, como el proyecto todavía no es ley, es decir al no tener vigencia, los jueces no pueden fundamentar basándose íntegramente en estas disposiciones proyectadas, pero sí pueden utilizarlas, como lo han hecho, para enriquecer sus propios fundamentos en los que aplican el derecho vigente", detalla un informe elaborado por juristas y publicado en el sitio de jurisprudencia ElDial.com.
"Estos fallos adelantaban los criterios del nuevo código, eran previsibles porque los autores del proyecto son en su mayoría jueces y hombres del derecho. Funcionan como la jurisprudencia. No existe una incompatibilidad", asegura De Felipe.
Fuente: La Nación