Para Martinelli, es importante que el interior tenga presencia en la Corte Suprema
08/06/2022. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
El exconvencional constituyente se refirió a la posibilidad de ampliar el tribunal a 24 miembros. Sostuvo que la Corte debería estar dividida por métodos u objetos, para agilizar su labor.
El encuentro de la semana pasada del presidente Alberto Fernández y un nutrido grupo de gobernadores para poner en la agenda nacional la posibilidad de ampliar y federalizar el número de jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, significó un importante espaldarazo para el primer mandatario en medio de las interminables tensiones con el Poder Judicial.
Al respecto, Salta/12 buscó la opinión del abogado laboralista Guillermo Martinelli, una de las voces que más se extraña en las sesiones de la Cámara de Diputados de la provincia, más allá de que hasta hace poco tiempo tuvo una activa participación en la reforma parcial de la Constitución Provincial, para lo que fue electo como convencional constituyente por el Frente de Todos.
“Acá se dijo que sería una Corte de 24 personas, algo similar a lo que sucede en el Tribunal de La Haya, más o menos, pero que en ese caso está dividido en varios aspectos y salas, y por la información que también se maneja, se habla de que sería una Corte federal porque se dice que cada provincia podría nombrar un representante”, opinó el letrado ansioso por conocer más detalles del proyecto en cuestión.
De igual manera, para Martinelli “es importante que el interior pueda tener su presencia en la Corte, pero hay que preguntarse para qué y por qué, porque si es un proyecto que va a ser exactamente como se presenta, imagínese lo que va a ser recorrer 24 firmas para que salga una sentencia, algo que no es una cosa sencilla”.
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Independientemente de ver con buenos ojos esta suerte de federalización de la Corte Suprema, el ex legislador advirtió que “en ese caso, tendrá que ser una Corte dividida en objetos o en métodos, algo que todavía no está explicado, o sea que si fuese que se tendría que hacer una Corte de 24 miembros para todo aspecto, es demasiado”.
El amiguismo en la justicia
A la hora de referirse a la designación y selección de jueces, Guillermo Martinelli afirmó que “el problema de los gobiernos de turno es que realmente todos quieren tener jueces, si no amigos, por lo menos ideológicamente emparentados; esa es una cuestión que la hacen todos, por eso es que cuando vino el (autodenominado) Proceso (de Reorganización Nacional), se jubiló a los jueces que estaban y se puso una nueva Corte, lo mismo que pasó con la llegada del período democrático”.
Continuando con el trazado de una línea reciente en el tiempo, se remontó a “cuando, por ejemplo, vino (Néstor) Kirchner removió los jueces que tenía el menemismo, que tenía una Corte numerosa y muy adicta, sin demasiada calidad funcional, salvo dos o tres que había de calidad, y esto también se vio claramente con Macri cuando puso a Rosenkrantz y a Rossatti por decreto, algo que después se hizo por acuerdo del Senado”.
Yendo más allá en su análisis, y orientando la discusión al plano netamente político, Martinelli apuntó a “un defecto que es la falta de un sentimiento republicano que tiene que ver con la alternancia en el poder”.
La Corte como órgano político
Diferenciando las características que tienen los tres poderes del Estado, el ex convencional constituyente dijo que “la Corte Suprema es la cabeza de un poder del Estado y es un órgano político, y como tal, tiene que estar sujeto a la alternancia como sucede con los otros poderes, por eso no se les tiene que dar mandato indefinido o vitalicio a los jueces, sino que tendrían que tener un período fijo”.
“La Corte es la cabeza de un poder y actúa políticamente, porque no solamente hace fallos de orden criminal, correccional, civil, comercial o laboral, sino que tiene amplios poderes y encabezan, al igual que sucede en Salta, el Jurado de Enjuiciamiento, el juicio político; el Tribunal Electoral; el Consejo de la Magistratura y la Superintendencia, lo que significa una gran actividad política”, amplió.
La Justicia en Salta
El engranaje judicial no estuvo ausente en la última reforma parcial de la Constitución Provincial de fines del año pasado, de la cual participó Guillermo Martinelli, y donde se decidió limitar los mandatos de los jueces de la Corte de Justicia de Salta.
En relación a esto, recordó que “con la Convención Constituyente acordamos darles un período de 10 años a los jueces de Corte, sin la posibilidad de ser nombrados nunca más, entonces ya no van a buscar la simpatía del gobierno para que los vuelva a nombrar o que los mantenga, sino que directamente saben que van a venir otros porque no se puede renovar, por eso creemos que van a actuar con absoluta libertad y apego al derecho, y no apego a las circunstancias políticas del momento”.
Asimismo, mencionó que los jueces no son sometidos a la voluntad popular, tal como sucede con buena parte de los integrantes del Poder Ejecutivo y Legislativo, es por eso que habló de la necesidad de que “la Legislatura recoja el mandato pleno de la Convención Constituyente, donde se estableció que los jueces que son nombrados por el Poder Ejecutivo" en un proceso en el que "deba tener participación de la ciudadanía, para que pueda decir quién puede ir y quién no a la Corte, e inclusive pueda sugerir al gobernador quién puede ocupar ese lugar”.
“Queremos que haya una involucración de parte de la ciudadanía en el nombramiento de los jueces, porque no son elegidos en cargos electivos como sucede en los otros poderes”, finalizó el abogado.
Fuente de la Información: Salta 12