Pasaron 40 años del caso Melitón Bustos
05/02/2018. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
El escribano de Tartagal fue secuestrado delante de su hijo y nada se sabe de él.
El 2 de febrero se cumplieron 40 años del secuestro y desaparición del escribano de Tartagal, Aldo Melitón Bustos. Se trató de una de las reconocidas figuras del ámbito público del norte salteño que sufrió las consecuencias del terrorismo de Estado que imperó en el país a partir del golpe militar del 24 de marzo de 1976.
Por su militancia política Bustos estaba sindicado por el aparato represivo de ser el jefe de una célula terrorista que operaba en el frontera norte. Por esta situación fue cesanteado como profesor de la escuela de comercio Alejandro Aguado y le negaron a la titularidad de la escribanía en la que se desempeñó como adscripto, tras la muerte de su titular. Eran tiempos del gobernador de facto Roberto Augusto Ulloa, quien invocó "antecedente subversivo del peticionante" para negarle el beneficio que por ley le correspondía a la víctima para ejercer la profesión.
A raíz de las múltiples amenazas y las permanentes persecuciones, Melitón Bustos decidió exiliarse en Bolivia. No soportó el desarraigo y mucho menos el abandono de su familia y por ese motivo decidió regresar a Tartagal. Para terminar con las intrigas se reunió con el entonces jefe del Regimiento de Infantería Monte 28 Tartagal, teniente coronel Roberto Felipe Domínguez. El militar le aseguró que no había nada contra él, que su vida no corría peligro. Con la ayuda de colegas abogados, Bustos abrió de nuevo su estudio, y en esa tarea estaba cuando en la madrugada del 2 de febrero de 1978 ocurrió lo inesperado.
Alguien tocó el timbre de su casa en la calle San Martín, en pleno centro de la ciudad de Tartagal. Su hijo Raúl, de 16 años, fue encañonado por tres hombres de civil apenas abrió la puerta y lo obligaron ponerse contra la pared. El escribano se levantó de su lecho en ropa interior y cuando descendía por la escalera apenas pudo exclamar "qué pasa...". Los desconocidos dejaron al adolescentes y fueron por él. En el estado en que estaba lo sacaron bajo amenaza y lo introdujeron a un auto estacionado en el acceso. Raúl llamó de inmediato a la pareja de su padre y en el auto de éste siguieron al vehículo en el que lo secuestraron. Antes de llegar a General Mosconi lo perdieron de vista y por ese motivo decidieron regresar al domicilio.
Horas más tarde Raúl comunicó lo ocurrido a su tío Heraldo Bustos y ambos se trasladaron al regimiento para requerir información. Fue en esas circunstancias cuando el chico reconoció a uno de los secuestradores. Se trataba del entonces teniente Carlos Alberto Arias. "Lo reconocí porque fue el primero que me encañonó aquella madrugada cuando abrí la puerta", expresó Bustos hijo en el juicio a los imputados del crimen.
El secuestro y desaparición del escribano Melitón Bustos se produjo días después de que Domínguez dejara la jefatura del regimiento y se aguardaba la asunción de su reemplazante, Héctor Ríos Ereñú. La unidad militar estaba a cargo en forma interina del mayor Luis Ángel Gaspar Zírpolo, quien fue imputado como el principal responsable de lo ocurrido con el profesional.
El primer juicio
Luego de la derogación de las leyes de obediencia debida y punto final dispuesta por el expresidente Néstor Kirchner, la Justicia Federal de Salta dio apertura al primer juicio oral y público con el caso del escribano Bustos. Las audiencias se desarrollaron entre 2009 y 2010 en la que declararon más de 50 personas.
El principal testigo fue Raúl Bustos, quien recordó con lujo de detalles lo ocurrido la fatídica madrugada del 2 de febrero de 1978, cuando un grupo de tarea se llevó por la fuerza a su padre, al que nunca más volvió a ver. "Usted fue el que me apuntó con el arma cuando abrí la puerta, usted integraba el grupo que se llevó a mi padre aquel día", expresó Bustos mirando a los ojos al coronel Arias en un pasaje de su escalofriante testimonio. Y agregó: "Nunca pude olvidar esa mirada y por eso cuando esa mañana fuimos con mi tío Heraldo al regimiento y lo vi de pasada, inmediatamente lo reconocí".
En el juicio también declaró el exgobernador Ulloa. El marino negó haber denegado la titularidad de la escribanía a Bustos y que haya tenido conocimiento de su desaparición. Lo propio hizo el exministro de Gobierno, Jorge Oscar Folloni, quien a través de un resolución había dispuesto la cesantía del escribano como docente de la escuela Alejandro Aguado.
Condenados a prisión perpetua
El Tribunal que juzgó a los coroneles Zírpolo y Arias estuvo integrado por los jueces Roberto Frías (f), Jorge Luis Villada y Marta Liliana Snopek. El debate concluyó el 14 de abril de 2010 con la condena a 20 años de prisión de los militares imputados por delitos de lesa humanidad.
El fiscal Eduardo Villalba y los querellantes particulares David Leiva y Tania Kiriaco, que habían solicitado perpetua para ambos, apelaron el fallo ante la Cámara Federal de Casación Penal. En octubre de 2012 el tribunal de alzada dejó sin efecto la condena a 20 años de los coroneles y los sentenció a perpetua. Para los camaristas que estudiaron el caso, Zírpolo y Arias fueron autores responsables de “privación ilegal de la libertad en concurso real con el delito de homicidio doblemente agravado por su comisión con alevosía, y con el concurso premeditado de dos o más personas, en carácter de coautores”. Kiriaco sostuvo que “en el juicio quedó probado que Arias fue el autor material del secuestro del escribano Bustos y que Zírpolo fue el autor intelectual de su desaparición”. A su juicio “la perpetua era la condena que la familia esperaba”.
Arias está detenido desde 2007 y cumple la condena en Campo de Mayo. La Justicia le denegó en varias oportunidades los pedidos de prisión domiciliaria. En tanto que Zírpolo fue beneficiado con la prisión domiciliaria por razones de edad y de salud.
EL TRIBUNO