Salta: estafas virtuales y telefónicas, en auge en plena pandemia
08/10/2020. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Un ciudadano salteño denunció que le hackearon las cuentas de banco a él y sus familiares. Fuentes bancarias admitieron que hubo varios reclamos en las últimas semanas.
Desde que se decretó el aislamiento obligatorio por la pandemia de COVID-19 crecieron exponencialmente las comunicaciones telefónicas y el tiempo de exposición de las personas frente a computadoras y celulares. Con ello también aumentó el peligro de caer en las redes de estafadores virtuales.
Según datos de la Asociación Argentina de Lucha Contra el Cibercrimen (Aalccc), las denuncias por delitos informáticos crecieron un 30 por ciento desde el inicio de la cuarentena y la escalada sigue. Fuentes bancarias advirtieron que hubo varios reclamos en septiembre de personas víctimas de las estafas. A nivel nacional incluso se inició una campaña para evitar estos delitos.
Actualmente los delincuentes le dicen a su víctima que lo ayudarán a cobrar el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que salieron beneficiados con un crédito hipotecario para adquirir una casa o que les salió la jubilación. Esas son las modalidades más comunes en estos tiempos, señalan.
Ricardo Rodríguez, de 45 años, periodista, denunció una estafa telefónica-cibernética que lo dejó a él y a su familia en la ruina económica.
Caso testigo
"Este calvario empezó el miércoles de la semana pasada, a las 16.30. Llamaron a mi madre a su casa. Ella tiene 81 años y es jubilada. Un tal "Alejandro Faustino Moyano', se comunicaba desde la Secretaría de Seguros de la Nación como resultado del juicio por la Reparación Histórica iniciado años atrás desde el estudio jurídico "Criado' en relación con un trámite de más de 10 años para que se pagara la deuda que mantenía el Gobierno nacional con mi ya difunto padre", relató el damnificado.
Añadió que el supuesto motivo del llamado era para avisarle a su madre que el juicio había salido a favor de la familia y que el dinero, casi un millón de pesos, estaba listo para cobrar.
"Tenían absolutamente todos los datos, nombres, DNI. Así comenzaba algo que tendría que haber sido bueno y se convirtió literalmente en una pesadilla que dio como resultado una estafa grande como una casa, porque tanto mi madre, como mi hermana y yo caímos en una trampa tejida por gente que está altamente capacitada para arruinarle la vida a los demás", se lamentó Rodríguez.
Señaló que el sujeto le ofreció a su madre depositarle el dinero en su caja de ahorro, a lo que la mujer se negó puesto que quería que el dinero sea acreditado en las cuentas de su hija y de él.
"Mi mamá me llamó llorando emocionada. Me dijo que me iba a llamar el tal Moyano, quien luego se comunicó conmigo tres veces: de un número privado, de otro de Buenos Aires y uno de Córdoba. Tenía tonada cordobesa y sonaba educado, preparado, claro. Manejaba datos precisos. Me dijo que el juicio había salido, que ya estaba el dinero para cobrar y que simplemente había que finalizar los trámites para que se despositara en nuestras cuentas, previa cita en Anses de la calle Jujuy ese viernes al mediodía", contó la víctima.
Además, el individuo le pidió que genere una clave de Anses en un cajero automático. "Fui a dos cajeros. Esta persona me decía que entre a generación de clave y el apartado Anses, pero además de que los cajeros funcionaban mal, no existía esa opción. Cansado por la situación le dije que ya no tenía tiempo y que termináramos otro día", sostuvo.
El delincuente le respondió que no hacía falta que volviera a entrar a un cajero, que respondiendo dos preguntas se concretaría la operación.
"Me preguntó cosas que solamente puede saber alguien que usa mi home banking. Me consultó el segundo nombre de mi padre, mi canción favorita. Pensé que podía servir para que ellos me depositen. Fueron las dos únicas cosas que contesté. Pensé que con esos datos no iban a poder sacar nada. Son cosas que uno desconoce. No soy especialista. Jamás le di mi correo electrónico, mis contraseñas. Pude haber cometido algún error pero jamás suministré datos sustanciales", aseguró.
Las dudas comenzaron por la noche, cuando el estafador le dijo que no entraran a las cuentas porque si no la operación se caería.
"Entramos igual y nos percatamos que habían saboteado, hackeado nuestras cuentas. Fui al cajero y me di con la noticia de que a mi madre le habían sacado 78.000 pesos y un préstamo por 35.000; a mí me habían sacado 13.000 pesos y un crédito por 66.000, mientras que a mi hermana un préstamo por 113.000 pesos. Luego no se podía entrar al home banking", manifestó.
Destacó que su madre ni siquiera sabe su propio usuario y contraseña, por lo que no se explica cómo pudieron acceder los ciberdelincuentes. En el caso de su hermana, sí le sacaron datos precisos de usuario y contraseña.
Rodríguez se dirigió a la comisaría 3 de Tres Cerritos para radicar la denuncia. Al día siguiente hizo una ampliación.
Manifestó su malestar e indignación por lo ocurrido después. "El jueves a las siete de la mañana llamé al banco para que bloqueen todo. Desamparan a sus clientes. Hay inacción. Al mediodía ellos sabían que nuestro dinero había ido a parar a una cuenta de otro banco y no detuvieron eso. Al dinero lo extrajeron los delincuentes. En cuanto a los préstamos que sacaron a nombre nuestro, los tenemos que pagar igual porque para el "prestigioso' banco, nosotros pedimos esos créditos y nos corresponde pagar. Nada de lo que hicimos sirvió para detener la maldad y crueldad de quienes se aprovechan de los que nos rompemos el alma trabajando", expresó Rodríguez, quien también radicó una denuncia en Defensa del Consumidor ayer.
"Parece que la vida se ensaña con las buenas personas, parece que todo en este país está hecho para proteger a los delincuentes y destruir la salud física y mental de quienes no vamos por el mundo arruinando la vida de la gente", finalizó Rodríguez con gran decepción.
Las modalidades
Los fiscales de Delitos Económicos informaron que las modalidades de estafas telefónicas durante el aislamiento y las más frecuentes son las siguientes:
1) Llamadas telefónicas en las que la persona refiere ser de algún banco y mediante el ardid de que se deben corroborar las cuentas para operar con home banking o actualizar los datos, debido a la cuarentena, solicitan la clave y número de cuenta.
2) Llaman por teléfono particular a un adulto mayor y simulan que un hijo o nieto sufrió un accidente de tránsito y que no puede hablar. Solicitan dinero para una intervención.
3) Llaman a un número fijo, generalmente a un adulto mayor, y le advierten que un familiar fue secuestrado. Exigen dinero para la liberación. Se recomienda no aportar información ni realizar depósitos de dinero.
Fuente de la Información: El Tribuno