Salta recibirá los restos de tres wichis asesinados y luego expuestos en un museo
05/06/2022. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Se trata de dos esqueletos y un cerebro que formaban parte de la “colección” antropológica del Museo de La Plata. Ahora serán restituidos a sus comunidades.
Quizás muchos hayan oído hablar de los malos tratos que sufrieron en el pasado las comunidades originarias que habitaban gran parte de lo que hoy es el territorio nacional. Pero tal vez, pocos sepan que un gran número de indígenas fueron capturados, expuestos vivos y que murieron en museos argentinos, convertidos durante un tiempo en una suerte de "zoológicos humanos". Y esto sucedió hace tan solo tres generaciones, entre finales del siglo XIX y principios del XX.
En diálogo con El Tribuno, el antropólogo e investigador argentino Fernando Miguel Pepe contó: “El Museo de Ciencias Naturales de la Plata fue el paradigma de la exposición de familias originarias cautivas. Estaban allí para que los visitantes pudieran observarlos, a disposición de los investigadores extranjeros y para que los pintores los retrataran. Además, los hacían trabajar en la construcción del propio Museo. Una vez que fallecían, sus restos también eran expuestos”.
Pasaron por la institución cerca de una veintena de aborígenes y unos seis murieron allí, detalla Pepe.
Familias enteras expuestas en el contexto del museo, muchos de ellos fallecieron allí.
Durante las incursiones militares que se extendieron entre 1878 y 1885 sobre las enormes áreas en las que se asentaban los pueblos originarios, no solo hubo aniquilamiento, sino que también se sometió cruelmente a los pocos sobrevivientes. “Después de la Campaña del Desierto se trajeron indígenas al Museo de La Plata y se los utilizó como peones de limpieza. Cuando murieron, mandaron sus cuerpos a la Facultad de Medicina para que les sacasen el cerebro, el pelo, los huesos y luego sus restos volvieron al museo. Seguían siendo considerados 'patrimonio’' del museo. Eran objetos, no seres Humanos!”, relata en sus textos el primer antropólogo argentino Alberto Rex González, quien fue docente e investigador en las universidades de Buenos Aires, La Plata y Harvard (EEUU) e impulsor del Colectivo GUIAS (Grupo Universitario de Investigación en Antropología Social).
Cráneos y esqueletos de indígenas, expuestos en el Museo de La Plata
Hoy los restos mortales de tres indígenas norteños se encuentran listos para retornar a su tierra junto a sus comunidades, en el marco del “Programa Nacional de Identificación y Restitución de Restos Humanos Indígenas”, del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI). La iniciativa surge como resultado de uno de los procesos de reflexión más significativos dentro de las Ciencias Antropológicas de los últimos años en el país.
Se trata de tres hombres del pueblo wichi asesinados. Uno ellos fue catalogado como “indio mataco” (animal de poca monta en castellano antiguo), como se lo llamaba peyorativamente en la antigüedad, quien resultó muerto a machetazos en 1906 en el ingenio La Esperanza, de San Pedro de Jujuy. El esqueleto fue numerado en la colección antropológica del el museo con el N° 1.774.
El segundo fue un trabajador de 40 años baleado por un capataz. Los detalles del deceso rezan: "Cerebro de un cacique mataco, muerto el 11 de julio de 1921, en la calle principal del ingenio azucarero Ledesma por el hindú Laccár con un revolver". Sus restos llevan el N° 6.847.
También retornará a su comunidad, el esqueleto de un joven wichi ultimado por el coronel Fontana en 1881, en la actual provincia de Formosa. Lleva el N° 1.773
Los cautivos eran observados por visitantes, estaban a disposición de los investigadores y para que los pintores los retrataran
¿Por qué Salta?
En cuanto al marco legal, se encuentra todo listo para el regreso al norte de los restos de los tres wichis que permanecieron por décadas guardados como trofeos de un museo argentino, el de La Plata.
El traslado debía realizarse en los primeros días de este mes, pero el reciente fallecimiento de Octorina Zamora, una de las principales referentes y defensora de los derechos de las comunidades originarias echó por tierra momentáneamente los planes. Ella oficiaría de mandataria, por la propia voluntad de las comunidades de la región.
Consultado sobre el por qué se eligió Salta para el envío de los restos, Fernando Pepe resaltó: "Primero, porque el territorio de estas comunidades es anterior a la delimitación de las fronteras políticas actuales y abarcaban toda la región, y porque las propias comunidades decidieron que fuera Octorina quien los recibiera para darles sepultura acorde a las creencias y rituales chamánicos wichis".
De acuerdo a lo planeado, los restos serían recibidos en Embarcación y luego trasladados a un sitio recóndito, ubicado monte adentro. Se determinó que fuera en la temporada fría, porque ofrece las condiciones ideales para el operativo.
Actualmente, desde el Programa de Identificación y Restitución informaron que se encuentran evaluando quién será el nuevo mandatario, para llevar adelante el proceso de retorno.
La colección antropológica de La Plata
El museo de La Plata posee una de las colecciones de restos humanos más importantes del mundo, con más de 10.000 restos óseos, muchos de los cuales estuvieron expuestos en sus vitrinas. ¿Cómo se obtuvieron las piezas? Francisco P. Moreno, fundador del Museo de La Plata, realizó numerosos viajes de exploración como perito del Estado Nacional. En sus viajes recolectó grandes cantidades de restos óseos extraídos de cementerios de los pueblos originarios.
De acuerdo a la publicación ‘Antropología del Genocidio‘, del Colectivo GUIAS, grupo especializado en restituciones de restos humanos indígenas, el propio Moreno describe en 1875 en una carta dirigida a su padre: "Hice abundante cosecha de esqueletos y cráneos en los cementerios de los indígenas sometidos que vivían en la inmediaciones del Azul y de Olavarría, y en Blanca Grande. Creo que no podré completar el número de cráneos que yo deseaba, estoy seguro de que mañana tendré 70. Hoy remito por la diligencia 17 en un cajón, los que harás recoger lo más pronto posible, pues el agente de allá no sabe qué clase de mercancías envío. En otra ocasión, hubiera podido satisfacer mi deseo, pero hoy con los barullos de los indios, es imposible".
Cráneo del cacique toba “Pichón”, fusilado a los 24 años de edad, en 1887.
Moreno también detalló: "He empezado el estudio psicológico de las tribus argentinas. Con este objeto tenemos ya en el Museo representantes vivos de las razas más inferiores de la Tierra del Fuego, un yagan y un alacaloof; con cuya ayuda se pueden conocer muchos misterios de la prehistoria humana, de los tiempos de la infancia del hombre primitivo".
Un testimonio conmovedor
De acuerdo al testimonio Beaufils, uno de los empleados del Museo de La Plata, el cacique Inakayal, quien permaneció cautivo allí hasta su muerte repetía con frecuencia: "Yo jefe, hijo de esta tierra, blancos ladrones, mataron mis hijos, mataron mis hermanos, robaron mis caballos y a la tierra que me vio nacer, encima prisioneros. Yo enojado" (Dr. Ten Kate, 1904).
Los antropólogos de GUIAS al analizar la bibliografía del museo encontraron que el registro de captura y causa de muerte era el más significativo, completo y que se enmarcó en el contexto de violencia ejercida sobre los pueblos originarios al momento de la fundación del Museo de La Plata.
"Aquí estoy siguiendo las huellas de aquellos que se fueron. Estoy caminando por la senda que dejaron aquellos que se fueron. Sigo el rastro de sus pisadas. Las huellas de aquellos que se fueron están aquí", fragmento de un canto Selk’nam.
Fotografía del cacique Inakayal
Dato: Miles de cráneos, más de 60 esqueletos armados y una decena de momias de personas originarias conformaban el patrimonio del Museo de La Plata.
Fuente de la Información: El Tribuno