Según Saravia, "teníamos premura en resolver el caso"
29/04/2014. Noticias sobre Justicia > Noticias de Argentina
Explicó que mantuvo reuniones con la cúpula policial para tener al tanto a su superior sobre las investigaciones.
El exsecretario de Seguridad de la Provincia, Aldo Rogelio Saravia, trató de deslindar cualquier injerencia de su parte en la investigación del asesinato de las turistas francesas, pero incurrió en contradicciones. Reconoció que “teníamos premura en resolver el caso”. Dijo que se reunió en varias oportunidades con la cúpula policial para analizar el curso de las investigaciones, con el argumento de que debía poner al tanto de la situación a su jefe directo, el entonces Ministro de Gobierno Pablo Kósiner. Sin embargo, momentos antes, había señalado que su única actuación en el caso fue haber concurrido, el 29 de julio de 2011, a El Mirador de la quebrada de San Lorenzo, cuando tomó conocimiento del hallazgo de los cuerpos sin vida de Cassandre Bouvier y Houria Moumni. “Lo mío se limitó a observar a una distancia la tarea del juez Martín Pérez”, aseguró.
Saravia justificó la premura en resolver el caso al hecho de que las víctimas eran turistas francesas y que le preocupó sobremanera de que Salta podría quedar mal vista desde el punto de vista turística. “Como funcionario del Gobierno me preocupaba que estas chicas hayan venido a disfrutar de Salta y que la tengamos que devolver muertas a su país de origen”, expresó. El exfuncionario también justificó la decisión de premiar y ascender a un grupo de policías que participaron de la investigación del doble homicidio antes de que el juez Pérez resolviera la causa. Seis de esos efectivos fueron luego procesados por el juez de Instrucción Formal número 2, Estéban Dubois, por apremios ilegales contra los acusados Gustavo Lasi y Daniel Vilte Laxi, de un hermano de éste último y otros detenidos. Ante una pregunta de Marcelo Arancibia, defensor de Vilte, el extitular de Seguridad confirmó que de esa ceremonia participó Pérez. “La presencia del juez de la causa en ese acto implicó lisa y llanamente un prejuzgamiento”, sentenció Arancibia. En un momento dado Saravia colmó la paciencia del camarista Carlos Pucheta cuando se tomó varios minutos para ahondar en este y otros temas que no tenían nada que ver con las preguntas de las partes. “Doctor, no demos tantas vueltas, porque hay otros testigos que están esperando desde hace horas”, le manifestó el magistrado. Pucheta le recomendó la lectura de “Las miserias del proceso penal” , de Francesco Carnelutti, que en uno de los capítulo reza: “Se debe tratar al delincuente como a una persona y no como una bestia para apreciar en él la incierta llama del pabilo humeante, y que la pena en vez de apagar debe reavivar”.
La autopsia de la discordia
También resultó interesante el testimonio de la médica anatomopatóloga del Poder Judicial, Ana María Vega, quien realizó la autopsia de Cassandre y Houria.
En su informe consignó que las muertes databan de 24 a 72 horas. A esto le agregó 36 horas más tomando en cuenta los factores climáticos. Sin embargo su dictamen difiere en un gran porcentaje con el de la perito del CIF, Rosana Ayón, quien determinó que el deceso de las jóvenes se produjo entre 13 y 14 días antes de la aparición de sus cuerpos. Vega aseguró que los cuerpos no estaban en estado de putrefacción y que los órganos estaban intactos.
Para la esposa de Piccolo, el exfuncionario no dijo la verdad
“Vine porque quería saber qué decía Aldo Saravia y después de escucharlo le puedo asegurar que no dice la verdad, que miente”, expresó Mirta Liliana Plaza, la esposa del fallecido comisario Néstor Piccolo. La mujer llegó acompañado de su abogado, Rubén Juárez, se sentó en la última fila y escuchó atentamente al exsecretario de Seguridad, quien calificó al policía de “excelente” y dijo que sintió mucho su muerte. Contó que se enteró de su deceso cuando retornaba de Buenos Aires. “Recuerdo que me bajé de la camioneta y le pegué patadas a las ruedas porque no podía creer lo que me acababan de informar”, dijo.
Plaza se excusó de profundizar sus dichos respecto a lo sucedido con el hombre que tenía a su cargo las investigaciones del asesinato de las turistas francesas. Piccolo murió de un disparo en la cabeza, tres meses después de aquel suceso y, según la información oficial, lo suyo fue un suicidio. La semana pasada, Teresa Ghiglione, la madre del comisario, declaró a El Tribuno que no cree que su hijo se haya quitado la vida, con lo cual puso en duda su trágico final. Piccolo fue nombrado en reiteradas oportunidades durante el juicio y luego de las declaraciones de la madre, el Tribunal solicitó al juez que intervino en el caso el envío del expediente para su análisis.
Después de escuchar a Saravia, la viuda de Piccolo dio muestras de estar muy afectada. En su breve contacto con El Tribuno, se limitó a decir: “Yo escuchaba cuando el doctor Saravia llamaba en varias oportunidades a mi marido”. Sus dicho ponen en evidencia que el exfuncionario faltó la verdad cuando ayer aseguró que no tuvo ninguna injerencia en las investigaciones por el doble homicidio de las turistas. Trascendió que la presencia de Plaza en la Ciudad Judicial, acompañada de su abogado, no solo habría tenido como fin escuchar a Saravia, sino que también se debió a su voluntad de presentarse a declarar como testigo.
Fuente: El Tribuno