Un sicario tucumano preso en Salta fue asesinado en su celda
13/10/2024. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Se llamaba José Martín Castillo y empezó a hacerse conocido como “El Pájaro” en Villa 9 de Julio, cuando ya en su adolescencia comenzaba a afrontar problemas con la ley por el robo de estéreos.
En pocos años, su nombre ya se leía en expedientes por robo hasta que empezó a aparecer involucrado en investigaciones por tráfico de drogas.
Su carrera delictiva se acabó en el momento en que recibió una condena a perpetua por haber oficiado como sicario en una de las tantas guerras entre narcos que tiñeron de sangre las calles de la ciudad salteña de Orán.
Pero su reclusión terminó marcando también el final de la vida del tucumano, que murió después de haber recibido una feroz golpiza en la celda que ocupaba hace más de siete años en la cárcel de Las Rosas, de aquella provincia.
Según el Ministerio de Seguridad de Salta, Castillo fue sorprendido por otro interno que se presentó en su calabozo. “Pájaro” tomo una punta carcelaria para defenderse, pero su contrincante, le aplicó varios golpes con una barra de hierro.
Gravemente herido, fue trasladado hasta el hospital San Bernardo de la capital provincial donde agonizó por varios días. Se cree que el móvil del crimen podría haber sido una deuda por drogas o quizás lo alcanzó el peso de alguno de sus crímenes.
Entre marzo y mayo de 2017, una guerra entre dos organizaciones narcos se desató en la localidad salteña de Orán.
Raúl Ricardo “Coya” Rojas decidió vengarse de los rivales que dieron datos a las autoridades para que lo detuvieran con una importante cantidad de cocaína.
Desde su celda ordenó que sus secuaces contrataran a asesinos para que hicieran el trabajo a cambio de una suma cercana a los U$S 15.000 o si preferían, en cocaína de primera calidad por el mismo valor.
Los sicarios efectuaron dos cruentos ataques. El 29 de abril de 2017, interceptaron a Adrián Ricardo Gerónimo y lo hirieron de seis balazos, a los que increíblemente sobrevivió.
Menos de un mes después, el 7 de mayo, hicieron lo mismo contra Raúl Fernándo Martínez cuando comía un choripan con su familia en una plaza de Orán.
“Pájaro” Castillo fue acusado únicamente por este último "trabajo"
Aún cuando él siempre afirmó que era inocente, un tribunal lo condenó a perpetua por haber sido el autor de un crimen por encargo.
El sicario tucumano fue vinculado también con Cristian “Gringo” Palavecino, sindicado como líder de una organización que se dedicaba a robos, tráfico de drogas y a homicidios.
Una versión asegura que en algún momento fueron aliados, aunque otras afirman que “Pájaro” habría traicionado a su compinche y por eso decidió matarlo.
Castillo, sabía que había un precio por su cabeza y por eso habría estado preparado para defenderse.
“Gringo” fue apuntado como autor del el plan para acabar con la vida del procurador general salteño Pedro García Castiella. Palavecino, fue etiquetado como un recluso de alto riesgo y el jueves fue derivado al penal de Ezeiza bajo un operativo de seguridad pocas veces visto.
Siguió así el mismo derrotero de los tucumanos Miguel “Miguelón” Figueroa, Maximiliano “Maxi” Abraham y Álvaro Jorge Quiroga que transirtaron ese camino hace poco más de un mes. Las autoridades del Servicio Penitenciario Federal anunciaron recientemente que “Maxi” Abraham y Quiroga, este último condenado por el crimen de un basquetbolista, fueron llevados a un penal ubicado en Neuquén.
Fuente de la Información: Contexto Tucumán