Violencia machista en los Tribunales
02/10/2021. Noticias sobre Justicia > Noticias de Salta
Una encuesta anónima sobre violencia de género en el ámbito laboral de la Justicia argentina arrojó que casi en el 100% de los casos sufridos por funcionarias, magistradas y empleadas sucedió en el lugar de trabajo, aunque algunas encuestadas testimo
En casi todos los casos no hubo testigos o muy pocos casos los hubo. Estos sucesos se dieron por parte de un superior o alguien que es un par.
La encuesta dio por resultado que la mayoría de las víctimas no realizaron la denuncia administrativa porque no confían en el órgano de la Corte, de la Procuración General o del Ministerio Público de la Defensa.
Otro dato que arroja la encuesta es el enorme daño emocional generado luego de estas situaciones. Otras, mayores de 50 años, dijeron que esta encuesta les hizo ver situaciones que habían naturalizado como normal y que eran violencia de género y ahora con la encuesta comprendieron que no debieron haber naturalizado las situaciones vividas.
El estudio fue presentado el 13 de julio pasado en un conversatorio virtual organizado por la Asociación Argentina de Justicia Constitucional, con el título de "Puertas adentro de nuestra casa".
En dicho conversatorio se abordó el tema de la violencia de género puertas adentro del ámbito judicial y Alberto Lugones, vicepresidente del Consejo de la Magistratura de la Nación, presentó la encuesta anónima sobre violencia de género en el ámbito laboral de la Justicia, entendiendo por tal el Poder judicial, el Ministerio Público Fiscal y el Ministerio Público de la Defensa de la jurisdicción nacional.
La casa de la Justicia
La autora de la encuesta es la doctora Mónica Cuñarro, fiscal criminal, profesora universitaria de materias de la carrera de abogacía y además de psicología de la Universidad de Buenos Aires, ideóloga y creadora de la Encuesta Anónima sobre Violencia de Género en el ámbito de la Justicia.
Esa encuesta nació de un chat grupal de género donde intercambian jurisprudencia que tienen que ver con el género como un avance o como una crítica, hasta que en un momento dado varias magistradas del Poder Judicial, del Ministerio Público Fiscal, del Ministerio Público de la Defensa comenzaron a expresar que habían vivido situaciones de violencia de género en sus historias laborales, se trataba de magistradas o funcionarias con un promedio de 20 años de trabajo en la Justicia.
La fiscal Cuñarro definió a esta encuesta como un grito de justicia, como una idea de tratar de visibilizar, transparentar y sensibilizar sobre esta cuestión de violencia de género porque es grave que esto ocurra dentro de un ámbito que se supone el lugar donde las mujeres disponen de herramientas para utilizar una normativa y lograr paridad de género, pero luego dichas normas no son efectivas en el propio lugar de trabajo.
Señaló que estos hechos de violencia de género intrajudicial bajaron casi en un 40% con la pandemia, porque no hay presencialidad. Resulta entonces que esa trampa mortal, que para una mujer víctima de violencia doméstica es la casa donde convive con el agresor, aquí es el lugar común donde trabajamos todos los días un promedio de ocho a diez horas.
Mónica Cuñarro concluyó expresando un "nunca más a un hecho o acto de violencia de género dentro del sistema del Poder Judicial por operadores judiciales".
En ese encuentro virtual expusieron, entre otros, Graciela Camaño, consejera del Consejo de la Magistratura de la Nación; María de los Ángeles Sacnun, senadora nacional y presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales; Vanesa Siley, consejera del Consejo de la Magistratura de la Nación; Patricio Maraniello, presidente de la Asociación Argentina de Justicia Constitucional. Deseo dar a conocer de forma resumida las exposiciones de dos disertantes: la Dra. Gabriela Vázquez y la Dra. Mónica Cuñarro alma mater de la encuesta.
"Aprietes" impensados
La doctora Gabriela Vázquez, expresidente del Consejo de la Magistratura de la Nación y actualmente presidenta de la comisión de género de la Asociación del Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional (Amfjn), contó las múltiples violencias de género vividas en su carrera judicial. Allí dijo que "hay que pensar en una reforma judicial feminista, colocar en el centro de la escena la reflexión antipatriarcal, y digo una reflexión antipatriarcal pero no antivarones, porque hay mujeres patriarcales y varones con perspectiva de género y otras identidades que pueden ser patriarcales".
La letrada propuso "una revisión crítica sobre la conformación y además sobre el funcionamiento de los tribunales de todo el país, debemos deconstruir los estereotipos patriarcales y de manera concomitante reconstruirnos sobre las bases de la igualdad".
Contó en el conversatorio las cosas que le han pasado durante 40 años como mujer judicial, que hoy serían consideradas violencia machista o violencia de género y que estaban naturalizadas, situaciones que la mujer debía tolerar como precio por haber ingresado a un territorio ajeno, a un territorio que no nos pertenecía: el territorio público, refiriéndose al ámbito judicial.
"Personalmente sufrí acoso sexual de parte de un juez subrogante que iba a buscarme a la puerta de la facultad. Yo era una criatura y quería tomar algo conmigo, logré luego que cesara en la persecución a través de un varón que me ayudó. También soporté que un jefe me llamara a su despacho mientras se tocaba el pene mientras me hablaba de expedientes, yo me hacía la tonta y miraba para otro lado. Ya como jueza de Cámara, un colega se me abalanzó en un pasillo gritando "quiero un piquito, quiero un piquito', cuando pensé en hacer la denuncia formal otros colegas me dijeron "no le des bolilla; van a decir que sos una histérica exagerada', esos colegas eran tratadistas del derecho del trabajo".
La doctora Vázquez fue nombrada jueza de la Cámara Laboral en el año 2007, es decir, que la situación que describe no sucedió hace tanto tiempo.
La magistrada recordó que cuando concursó para el cargo de jueza de Cámara había cinco vacantes. “Yo era la única mujer en la terna y uno de los competidores se presentó al plenario con un matón de acompañante y antes que yo entrara al plenario me golpeó y me empujó mientras me decía: ‘Vázquez vos vas a estar fuera de la terna, vas a estar fuera de la terna’.
Para desequilibrarme, ¡hasta usó violencia física! Cuando concurrí al Senado, a la comisión de Acuerdos en el año 2007 y me preguntaron qué consideraba de mi incorporación a la Sala VIII de la Cámara del Trabajo, contesté que me parecía muy trascendente porque había dos varones en dicha sala y todos los senadores se echaron a reír a carcajadas, menos un senador patagónico que me preguntó: ‘¿usted, doctora, se está refiriendo a las cuestiones de género?’. El acoso moral, el acoso sexual, el ninguneo siguen existiendo”.
Solidaridades cómplices
Gabriela Vázquez terminó recordando que “incluso conozco el caso de una colega, camarista de un cuerpo colegiado de muchos varones, donde otro juez, al que no le gustó lo que ella planteaba, le gritó ‘cállate porque te voy a matar’. Esto fue hace dos años. Cuando ella promovió el sumario, los colegas varones dijeron que ellos no habían escuchado nada, lo cual era imposible. Allí jugó la ‘solidaridad de los machos’”.
“Solidaridad de los machos”, una frase que evoca a Rita Segato, antropóloga argentina reconocida internacionalmente, cuyos libros son esclarecedores sobre la violencia de género, sobre todo “Las estructuras elementales de la violencia”, que debieran leer y releer todos los operadores del derecho desde que tienen la obligación constitucional de juzgar con perspectiva de derechos humanos y de género.
Luego de esta reflexión sobre la violencia de género puertas adentro del ámbito de la Justicia que fueron capaces de hacer magistrados y magistradas de la Justicia nacional, cabe que quienes nos desempeñamos en la Justicia y el Ministerio Público de Salta nos preguntemos, ¿y por casa cómo andamos? .
.Por Natalia Buira
Fuente de la Información: El Tribuno