El canto del payador

Aquí me pongo a cantar
como enseña Martín Fierro
sin cometer ningún yerro
empuñando la vigüela
porque en mi voz se entreveran
entrañas del propio pueblo
para abarcar su silencio
mis versos no me desvelan.

Pueblo mío americano
soy natal del Uruguay
del pago de La Florida
allá en la Banda Oriental
donde Aparicio Saravia
que era de sangre insurrecta,
preñó de amor a mi tierra
forjando la libertad.

Donde José Gervasio de Artigas
venciendo el rigor del tiempo
no vaciló ni un momento
en su espíritu federal
se imaginó las naciones
sin prepos, y sin mandones
en las que con sólo los honores
impusieron la verdad.

Con ella: no temo ni ofendo
dijo para los tiempos
llevando su poncho al viento
gritó a caballo al pasar
mi patria es buena y airosa
quiero la paz y el trabajo
el pan debajo del brazo
y un sueño para pensar

Soy de los treinta y tres orientales
que al mando de Lavalle
fundaron la patria vieja
desafinado su destino
uruguayos y argentinos
se abrieron juntos camino
de esperanza americana
en aguas de un mismo río.

En el Río de la Plata
que baña nuestras orillas
fecundo en lodo y arcilla
que ayer honraron la gloria
yo retengo en mi memoria

la gesta de cada historia, la sencillez del

gauchaje que asimiló en el coraje
el filo de sus cuchillos y un trago para la

gloria.

Así se formó mi esencia
con mi rancho y con mi mate
con mi boina colorada
bermellón como mi sangre
al comenzar la payada
imploro siempre justicia
y que en mis versos les traigan
consuelo para la vida, como al viento

una caricia

No importa como me llamo
soy payador de oficio
y sin ningún sacrificio
dejo coplas domadoras
para el jinete aguerrido
que con los potros ariscos
acomete en empellones
los corcovos por la grupa, sin reparar desquicio

cuando el aparejador se asoma.